Chicago, Milán, Hong Kong, Suiza, India... pero también Granada, Pontevedra y, por supuesto, Vigo. Escenarios y teatros de estos lugares fueron "conquistados" por el trompetista pontevedrés Esteban Batallán, considerado uno de los mejores músicos del momento. Formado en el Conservatorio Superior de Vigo, regresa mañana a estas aulas para ofrecer una masterclass con la cantera local.

-Acaba de aterrizar en España y ya tiene la agenda llena de actos. ¿Cuál le depara en Vigo?

-Concretamente vine a España porque el próximo lunes viajo a Miami, tengo un tour en Florida con la Orquesta de Chicago de la cual soy principal invitado y como tenía 5 días para visitar a la familia, pues me invitaron del Conservatorio Superior de Vigo para una masterclass. Después me voy a otra en Ourense y luego a la vuelta me voy a Granada.¡ Y yo que me venía de vacaciones! Va a ser mi primera masterclass en Vigo, llevo más de 17 años fuera y desde entonces nunca regresé pero lo haré acompañado del que fue mi mentor y profesor, Javier Viceiro y el pianista Alejo Amoedo.

-Desde hace dos años es trompetista principal de la Filarmónica de Hong Kong, ¿imaginaba que llegaría tan lejos? ¿Siempre pensó en vivir de la música?

-Realmente sí. Cuando me inicié en modo más serio y decidí dedicarme profesionalmente sabía que se podía vivir de esto, sino no me hubiese arriesgado. Pero es un trabajo ambiguo que depende del arte que tu trasmite, no solo de lo que tu hagas sino de la aceptación de los demás. Nada es gratuito, al igual que ante cualquier carrera; mucho esfuerzo, sacrificio y trabajo, pero en este caso dependes mucho de la crítica. No es decir, hago un examen y sé que dos más dos son cuatro, aquí te examinan también la forma de escribir ese "cuatro", si gusta o no gusta. No es una ciencia exacta, por ello es un arte. Pero merece mucho la pena, es muy placentero, disfruto muchísimo de la música. Hay mucha gente que no tiene la suerte de trabajar en lo que le gusta y esto es un privilegio.

-¿Cómo logró llegar hasta la orquesta de Hong Kong?

-Yo estaba trabajando en la orquesta de Granada, empecé en 2002 pero me invitaron a hacer una prueba con ellos porque gané la audición para la orquesta sinfónica de Chicago en la cual todavía continúo desde julio de 2017. Se da la casualidad de que el director de la Filarmónica de Hong Kong es el mismo que el de la Orquesta de Nueva York, y tenían una vacante para trompetista principal. La pasé en 2018 y aquí sigo desde entonces. Me di cuenta de que quería un cambio de aires, en Granada deseaba desde hacía tiempo marcharme, buscarme otros horizontes y ahora estoy muy contento.

-Actuó en los mejores escenarios del mundo, en cientos de ellos donde el público sí acompaña. Aquí en Vigo o incluso en España, no hay ese seguimiento por la música clásica o de cámara.

-Es que depende más de la cultura raíz que otra cosa. La música clásica no está tan instaurada como lo puede estar en Suiza o Alemania. Allí es algo tan normal como el folclore aquí. La gente aquí no lo tiene tan presente o no le da tanto valor. Realmente no es cosa de públicos, yo hace años estaba tocando con la Orquesta de Basilea, en Basel, cuando me fui a ver una ópera y había decenas de niños y gente joven.

-Aquí no hay esa tradición.

-Exacto; pero por la contra, España es un país productor de grandes músicos, grandes talentos y especialmente Galicia en cuestión de música de metal por ejemplo. Pero vivimos más la cultura de la banda que es igual de importante, pero no tanto de la música clásica. Otro motivo es que está muy esparcida. Para ver un buen concierto tienes que irte fuera, aquí no tienes una orquesta estable o con una programación lineal que cree tradición.

-¿Y qué destacaría del Conservatorio vigués? Su potencial encandila cada año a decenas de alumnos Erasmus, es el que cuenta con mayor movilidad.

-Desconocía eso, pero en este aspecto lo que más destacaría de Vigo es el profesorado, cuando yo estudié me formé con los mejores y eso llama mucho la atención.