Vigo se lanza a recuperar la conexión marítima por ferri con el Reino Unido. La iniciativa parte de un grupo de consignatarios convencidos de que ahora concurren una serie de circunstancias para rescatar una ruta que el puerto vigués perdió hace 42 años bastante más favorables a las que frustraron otros intentos, como en 2007. Con esta motivación, los promotores están volcados en su proyecto, empezando por contactar con posibles navieras interesadas y en paralelo al estudio de su potencial demanda y costes de funcionamiento.

Su esquema parte de una frecuencia semanal hacia puertos británicos como Southampton con un barco de 1.000 plazas de pasajeros y otras 500 de vehículos. Zarparía de la Estación Marítima, y aunque este atraque carece de rampa por donde pudieran embarcar y desembarcar esos pasajeros con sus coches, las últimas generaciones de ferris se diseñan con plataforma Ro-Ro lateral. De hecho, en Bouzas solo emplean rampas los barcos más viejos. La duración del viaje estimada entre Vigo y el puerto británico está en torno a las 30 horas.

Como aspectos positivos de operar en este céntrico muelle apuntan la próxima apertura de una segunda terminal de pasajeros a cargo de la concesionaria Atlantic Vigo Cruise (integrada por las firmas Incargo Galicia y Balearic Handling). Prevén que la competencia en el emblemático edificio se traducirá en tarifas más atractivas que "al igual que servirá para captar más escalas de cruceros también podría animar a las armadoras de ferris", sostienen fuentes al tanto del proyecto en el que participan "importantes empresas".

Tienen toda la determinación, como prueba las conversaciones que mantienen con armadores y otros operadores, y hasta con el Puerto, pero prefieren mantenerse en el anonimato "por estar en una fase muy incipiente". Sin admitirlo en su discreción pesan los fallidos proyectos anteriores. El último, en marzo de 2006, cuando la Autoridad Portuaria presidida entonces por Abel Caballero, para retomar la histórica línea regular de pasaje y carga con el Reino Unido, que durante las décadas de los últimos sesenta y setenta, unió Vigo con Londres y, al regreso desde la capital británica con islas Canarias y Madeira.

Sáez llegó a poner fecha al arranque de la ruta, que sería en la Semana Santa de 2007 y que la misma tocaría también en Lisboa. Pero al final, y pese a las grandes expectativas generadas, todo se quedó en nada, en parte, según fuentes conocedoras de los entresijos de aquella negociación, por "contratiempos vinculados a la crisis económica".

Quienes ahora se proponen recuperar la histórica línea ven más posibilidades de ponerla en marcha que hace 12 años. Sostienen que la salida del Reino Unido de la UE brinda "una oportunidad a los puertos gallegos" ya que Bilbao y Santander -los únicos el norte con servicio de ferris- sufrirán un notable incremento burocrático respecto a trámites aduaneros que serán incapaces de asumir. Por ello vaticinan que armadoras como Brittany Ferries acabarán desviando barcos a otras terminales del norte. "Y desde Vigo queremos optar a esos barcos", declaran estos consignatarios.