Noemí L.F., la joven viguesa que denunció ser un bebé robado y que localizó en Pontevedra a su madre biológica, centró ayer un juicio de maltrato en el ámbito familiar en el Juzgado de Penal 3, si bien no compareció por lo que se celebró en ausencia de la acusada. La Fiscalía solicita un año de prisión para la joven por agredir a su madre adoptiva con un fuerte puñetazo tras una discusión, y dos años de alejamiento con la prohibición de que se ponga en contacto con ella.

"Es una verdadera tristeza acabar aquí, pero es lo único que podíamos hacer. Lleva años golpeándonos a su padre y a mí. La adoptamos para hacer una obra buena tras la muerte de nuestra hija en un accidente. Yo aún podía tener hijos, pero creímos que así ayudábamos", explicaron sus padres adoptivos al salir del juicio. El matrimonio, que tuvo la custodia de los cuatro hijos de Noemí actualmente tutelados por la Xunta, pelea también para recuperarlos.

Los hechos juzgados ayer tuvieron lugar el 7 de junio de 2017. La acusada convivía con sus padres y sus hijas desde hacía seis meses cuando se inició la discusión. Desde entonces tiene orden de alejamiento.