La Policía Local de Vigo arrestó ayer al octogenario denunciado en reiteradas ocasiones por rayar automóviles y dañar las cerraduras de más de un millar de vehículos y portales en O Calvario y A Doblada. La detención de JA.V.V. tuvo lugar sobre las 15.40 horas en la calle Canario tras una requisitoria dictada por el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo. El hombre fue trasladado a las dependencias de la Policía Nacional, en cuyos calabozos pasaría la noche, para ser puesto hoy mismo a disposición judicial.

El anciano ha sido arrestado para ser notificado en los juzgados del juicio por daños programado la próxima semana en el Juzgado de Penal 1, en la que la Fiscalía solicita una condena de 16.200 euros de multa. Este juicio por rayazos a vehículos en 2017, a plena luz del día, debía haberse celebrado el pasado mes de diciembre pero fue suspendido porque el octogenario no se presentó, tras lo que se dictó una orden de busca y captura.

Tras ser interceptado por enésima vez el pasado fin de semana, fue trasladado al juzgado de guardia, que le comunicó, en virtud de esa requisitoria, que debe comparecer en el juicio, donde los hechos que se abordarán son los rayazos con una navaja a 12 vehículos en marzo de 2017 en la calle Doctor Carracido.

El detenido cuenta con más de una docena de antecedentes policiales por hechos similares y consta como autor de destrozos en centenares de coches. Ya suma varias condenas firmes, tiene otras causas en plena instrucción judicial -una con 43 perjudicados que se sigue en el Juzgado de Instrucción 7 que ha centralizado las últimas denuncias y ha ofrecido acciones a todos los perjudicados- y el juicio de la próxima semana en el que la Fiscalía aplica la agravante de multirreincidencia con elevada multa. Esta vista oral será en el Juzgado Penal 1 de Vigo, sala que ya lo condenó en 2015.

La Policía le atribuye daños en centenares de coches estacionados en la calle. Solo en este enero se calcula que fueron unos 120. Lleva actuando así años. Una de las últimas veces que fue detenido tenía una caja con cien palillos de los que usa para inutilizar cerraduras.

"Tiene a todo el barrio loco", afirma un vecino. "Hay gente que ya no arregla el coche, ¿para qué? Lo va a volver a rayar... Lo detienen y vuelve a quedar libre, lo detienen y vuelve a quedar libre...", exponen con gran impotencia.