En el mapa de las autopistas estatales de España en régimen de concesión, la AP-9 destaca por varias razones. Es, por ejemplo, una de las que más tiempos permanecerá en manos privadas -la infraestructura no revertirá al Estado hasta 2048, casi siete décadas después de que se abriesen los tramos A Barcala-Santiago Norte y Guísamo-Cecebre- y también de las que acumulan una mayor subida de peajes a lo largo del último año, con un encarecimiento del 5,5% en apenas cuatro meses. El anuario sobre autopistas actualizado de Fomento revela sin embargo otra peculiaridad: la Autopista del Atlántico es una de las concesiones más jugosas del país gracias a los pingües ingresos que acumula en gravámenes.

A lo largo de 2017 Audasa ingresó 140,7 millones de euros en peajes, la cuarta mayor facturación de toda la red de autopistas en régimen de concesión. Entre la treintena de sociedades que se encargan de la gestión de estos viales solo la superan Acesa (493 millones), Aumar (292,3) y Avasa (144,8). Una vez descontados los gastos e impuestos, la responsable de la AP-9 obtuvo unos beneficios que superaron ligeramente los 44 millones de euros, lo que la sitúa en el sexto puesto del ránking estatal. Por kilómetros, la concesión de Audasa es la cuarta mayor de España.

Gracias a esa caja la gestora de la AP-9 ha conseguido sumar durante la última década -entre 2007 y 2017- 1.562 millones en ingresos por peajes y 521,3 en beneficios. La curva de sus ingresos ha fluctuado con la evolución del propio contexto económico. Entre 2007 y 2010 los beneficios de Audasa crecieron a buen ritmo hasta sobrepasar los 66,6 millones. El trienio siguiente se saldó con descensos de facturación que se frenaron en 2014, cuando retomó una tendencia al alza que solo se frenó ligeramente en 2017, ejercicio que Audasa despidió con un descenso del 2,3%.

Aunque el anuario de Fomento solo incluye la evolución de ingresos hasta 2017, los últimos datos de Audasa permiten ya intuir su balance del año pasado. En agosto trascendía que durante el primer semestre de 2018 la concesionaria de la AP-9 había ingresado 66,4 millones de euros en peajes, un 0,2% más que durante el mismo período del ejercicio anterior. El aumento de los gastos y la amortización de inversiones provocaron sin embargo que Audasa ganase cerca de un 18% menos: 15,9 millones.

Los 521 millones de euros de beneficios que obtuvo Audasa entre 2007 y 2017 es casi cuatro veces el coste total de la ampliación del puente de Rande y sus accesos. Según se recoge en el informe publicado por Fomento en el BOE del 30 de octubre de 2018, las obras en los enlaces de Cangas y Teis y la instalación de las nuevas pasarelas laterales del viaducto tuvieron un coste de 138,2 millones de euros, 30,2 más de lo previsto. Las obras en el entorno de Compostela, incluida la ampliación del tramo Norte-Sur y la remodelación del enlace de Sigüeiro, alcanzaron los 62,5 millones, cantidad que también incluye un coste adicional de casi 9,5 millones. Juntas, las actuaciones en Vigo y A Coruña pasan de los 200 millones, cantidad a la que habría que sumar expropiaciones y otros gastos, como IVA y proyectos.

A pesar de que con sus beneficios de la última década Audasa podría afrontar dos veces las obras que acometió en los diferentes puntos de la AP-9, Fomento y concesionaria pactaron en 2011 que esta última vería compensada su inversión mediante una subida extraordinaria de peajes durante 20 años. Las primeras alzas se aplicaron ya en 2018. A pesar de ese "tarifazo", Audasa reclama a Fomento más dinero al considerar que el método aplicado para compensarla por los peajes en la sombra de O Morrazo y A Barcala la perjudican.