Vigo es la única de las grandes ciudades españolas que no está enganchada a la red de alta tensión de 220 kilovoltios (kV) que reclama PSA para competir en costes energéticos con otras fábricas del grupo francés como la de Zaragoza. Esta infraestructura, ya recogida en la planificación de Red Eléctrica de España (REE) para el sexenio 2015-2020 pero que no ha llegado a ejecutarse, permitiría aumentar la potencia que consume la industria viguesa y a la vez mejorar la calidad del suministro de toda la ciudad, haciéndola menos vulnerable a posibles apagones, por ejemplo. El alcalde, Abel Caballero, ya avanzó que se ha puesto en contacto con el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, para trasladarle esta demanda histórica de la primera industria gallega.

El aislamiento vigués desde el punto de vista energético penaliza tanto a PSA como al conjunto de la ciudad, a la que llega una tensión de 132 kV pese a que apenas a unos 25 kilómetros, en Atios (Porriño), pasa una línea de 220. De hecho, entre las ciudades españolas con una población igual o superior, Vigo es la única sin conexión a 220 o 400 kV. Incluso A Coruña, con menos habitantes, está conectada a 220 kV para dar suministro a una industria devoradora de energía como es Alcoa, ahora en proceso de cierre.

Esta situación coloca a Vigo en una posición de desventaja competitiva. El nuevo director de PSA, Ignacio Bueno, ya alertó en su primera comparecencia pública de que el coste de la energía es una de las principales debilidades de Balaídos, ya que la multinacional automovilística francesa no entiende que pague más en la factura de la luz que otras plantas del Clúster Ibérico, como Figueruelas (Zaragoza), que pese a estar alejada de una gran ciudad, cuenta con una conexión a 220 kV. A la vez, estar conectado a una red de Muy Alta Tensión (MAT) mejoraría la calidad y la estabilidad del suministro eléctrico para el área de Vigo.

La red actual, de 132 kV, es más vulnerable a posibles apagones -por ejemplo, por tormentas con aparato eléctrico- debido a que está diseñada como si fuesen las raíces de un árbol, de forma que si se corta una, todo lo que sigue a continuación se quedaría sin servicio, mientras que una red a 220 o 400 kV tiene forma de malla: entre dos puntos hay varias interconexiones y eso da mayor estabilidad de suministro, como explica Camilo Carrillo, profesor del Departamento de Enxeñería Eléctrica de la Universidad de Vigo. "Eso revierte en la calidad de onda que le llega a lo usuarios, además del precio", apunta.

Para poner fin a ese aislamiento energético de Vigo, REE ya había previsto en su planificación 2015-2020 la construcción de una nueva subestación eléctrica a 220 kV en Balaídos, conectada a la línea que pasa por Atios (la conexión entraría en Vigo soterrada), un proyecto millonario bautizado como Nuevo Vigo 2020 que no ha llegado a ejecutarse, pendiente de que el Gobierno autorice su "excepcionalidad" para desbloquear la inversión. Esta semana, al igual que ya había hecho el alcalde la semana pasada, el presidente de Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reclamó al Ministerio de Transición Energética que asuma el "compromiso" del anterior Gobierno de Rajoy, que no llegó a pasar del papel.

El alcalde fue muy crítico ayer con el mandatario autonómico, al que preguntó "¿por qué no se lo reclamó antes al Gobierno de Rajoy?". Abel Caballero acusó a Feijóo de "intentar politizar" un proyecto crucial para PSA porque le permitiría ahorrar la friolera de un millón de euros al año en la factura de la luz, y apuntó en una próxima reunión con los responsables de la factoría les transmitirá "cómo se va a hacer [el proyecto] y quién lo tiene que hacer". El regidor confirmó que ya se ha puesto en contacto con el secretario de Estado de Energía para trasladarle la urgencia de esta conexión y la importancia que la fábrica de Balaídos tiene para la economía gallega y nacional: "PSA exporta casi medio millón de coches al año, forma parte de la dimensión industrial de España".

El Consorcio de la Zona Franca, en colaboración con el Concello, ya se ha mostrado dispuesta a colaborar en la consecución de esta línea que colocará a Vigo en el mapa nacional de alta tensión. Esta mejora de la conexión será todavía más importante en un futuro cuando, si se cumplen las previsiones, los coches eléctricos irrumpan con fuerza en el parque móvil de la ciudad.