Con una extensión de 314.000 metros cuadrados, Vigo es uno de los entornos urbanos con más humedales. Son sinónimo de vida, por su rica biodiversidad. Pero, además, son un elemento clave en la lucha contra el cambio climático. De ahí la necesidad de cuidarlos y, para querer hacerlo, primero hay que conocerlos. Esa es la filosofía con la que las concejalías de Educación y Medio Ambiente descubrieron ayer a 119 alumnos de los colegios Mestres Goldar y Canicouva los valores de estos espacios y la importancia de protegerlos.

Lo hicieron en el parque de Castrelos, cerca de su humedal artificial -el lago-, que tiene la peculiaridad de estar suministrado por acuíferos. Esta año, Medioambiente ha iniciado un estudio sobre anfibios con el que se determinará la salud de este ecosistema.

Mediante juegos, los niños descubrieron la fauna y la flora que las habita y se concienciaron sobre cómo pueden afectarles la urbanización, la contaminación y otras agresiones. Con ejemplos muy gráficos aprendieron cómo pueden contribuir ellos a su protección. "Un papel tirado en la acera, puede acabar en el alcantarillado y se acumulará en los tanques de tormenta del Lagares que, cuando llueve fuerte, rebosan y la basura acaba en el humedal", les explica un monitor.

Otra de las peculiaridades de Vigo es que cuenta con humedales de todos los tipos: los de rivera, -Muíños y Goberna-; el bosque inundado -A Bouza-; la junquera -la del Lagares-; y la laguna -Barreiro-. Estos son solo los más destacados. El Concello ha actuado en la recuperación de los 3 en terreno público: Muíños, Barreiro y A Bouza. Este último "estaba seco y volvieron los patos".