El octogenario "rayacoches" de Vigo no da tregua y sigue actuando prácticamente a diario. Una patrulla de la Policía Nacional volvió a identificar a J.A.V.V. en O Calvario este fin de semana tras, al menos, dos nuevas denuncias de automovilistas cuyos vehículos sufrieron diferentes actos vandálicos. Ni los gritos de sus vecinos llamándole sinvergüenza ni las reiteradas denuncias presentadas ponen un freno a su especialidad: rayar los vehículos que encuentra a su paso y meter palillos en las cerraduras de los automóviles y de los portales, con el consiguiente perjuicio para los afectados y las comunidades de vecinos.

"Lo normal es que lleve un puñado de palillos en la mano y con ellos raya las superficies de los coches, cuando no utiliza un punzón. Después va rompiendo palillos y obstruyendo cerraduras", explica uno de los afectados que, asegura, hace por los menos 7 años que el barrio padece el vandalismo de este hombre.

Sobre JA.V.V. recaen ya varias condenas en firme, además de tener otras causas en plena instrucción judicial -en una de ellas con más de 50 afectados-, y espera un juicio en el que la Fiscalía solicita una condena económica pro importe de 16.200 euros -por agravante de multirreincidencia-.

Tiene 79 años y suele operar tanto en El calvario como en A Doblada, donde sigue atemorizado con su presencia, pues según algunos testigos también agrede a los viandantes con el paraguas o incluso con un bastón.

En esta ocasión, una patrulla de la Policía Nacional lo identificó tras recibirse nuevas denuncias por rayaduras en vehículos. La comisaría ha tramitado la correspondiente denuncia por un supuesto delito de daños.

Los vecinos dicen estar cansados de su actitud y la Policía sabe quien es pero una vez que lo detienen e identifican deben dejarlo en libertad. La comisaría de Vigo considera que en los últimos doce mese 1.200 coches han sido objeto de los desmanes del anciano. A razón de entre 300 y 400 euros por daños en cada vehículo, la suma total de daños rondaría el medio millón de euros en solo el último año.

La solución judicial a este grave problema social es difícil, pues el delito de daños por el que suele ser denunciado está castigado con multa, por lo que no corresponde pena de prisión y por tanto no procede su detención. La Fiscalía abrió también diligencias procesales civiles para valorar la pertinencia de adoptar medidas de protección o incluso su internamiento, pero los informes forenses realizados hasta la fecha no han detectado ninguna patología mental que sirva de base para ingreso.