Cerca de 17.000 profesores universitarios de todo el país han solicitado el nuevo sexenio de transferencia, un complemento salarial que reconoce la aplicación del conocimiento y la investigación que desarrollan al crecimiento de las empresas y el bienestar social. El exrector Salustiano Mato, que ha liderado el trabajo para diseñar este modelo pionero en el ámbito internacional, presidirá el panel de evaluadores de las peticiones recibidas por el Ministerio de Ciencia.
La cifra de solicitudes, destaca Mato, supera en gran medida las que se tramitan habitualmente para acceder a un sexenio de investigación, el plus salarial y académico que reconoce los méritos alcanzados por los profesores durante un periodo de seis años. El nuevo complemento podrá sumarse a éste e igualmente se concederán un máximo de seis -solo cinco financiados-. En esta primera convocatoria, el ministerio no penalizará a los aspirantes que no superen la evaluación y "abrirá una segunda oportunidad a finales de año".
"La transferencia de conocimiento es una misión importantísima de la universidad del siglo XXI porque hace posible el crecimiento económico, la creación de empleo y el bienestar social. Y en definitiva, una sociedad más justa y equitativa. Hasta ahora, esta tarea se aplaudía, pero no se medía a nivel institucional. Nosotros encontramos la manera de hacerlo y esto supone una novedad claramente internacional", destaca Mato, vicepresidente adjunto de CRUE Universidades Españolas.
El exrector vigués, que coordinó el estudio realizado por la CRUE con el apoyo del Santander, destaca asimismo la apuesta de la secretaria de Estado de Universidades, Ángeles Heras, para la implantación de este nuevo modelo. "Fue muy valiente y decidida y hay que agradecérselo", reconoce.
La obtención del nuevo complemento equivaldrá a 125 euros brutos al mes para los profesores y 150 en el caso de los catedráticos. "Los sexenios son como las estrellas Michelin en nuestro ámbito. Los investigadores españoles no trabajan por dinero, sino por reconocimiento y prestigio. De hecho, hay peticiones de docentes que están a punto de jubilarse y quieren añadir el nuevo sexenio de transferencia a su currículo, aunque no lo van a cobrar", destaca Mato.
"España es el 11º país en producción y calidad científica, codeándose con otros que multiplican por diez su financiación. A pesar de la inversión pírrica, se obró este milagro. Sin embargo, en transferencia de conocimiento estábamos mucho más abajo en los rankings y los nuevos sexenio serán un revulsivo para poner en valor el conocimiento que se desarrolla en la universidad y dar un salto cualitativo", explica.
Los indicadores del nuevo tramo se dividen en cuatro bloques. El primero incluye las actividades y proyectos que fomentan la formación de investigadores y de emprendedores mediante la creación de start-ups o spin-offs. El segundo reconoce los méritos de la transferencia del conocimiento propio a otras instituciones y el tercero se fija en las tareas que generan valor económico. "Son aquellas que crean riqueza económica de forma directa: facturación por patentes, contratos con empresas e instituciones o formar parte de spin-offs", señala el vicepresidente de la CRUE.
Por ultimo, el cuarto bloque reconoce la transferencia "con valor social" y valora las actividades de divulgación y difusión de la ciencia y la investigación o los convenios con entidades sin ánimo de lucro y administraciones públicas. "Muchos docentes ya las hacen voluntariamente y hay que prestigiarlas y alentarlas", apunta Mato.
El exrector pronunció charlas informativas en los campus de Vigo, Alicante, Valencia y País Vasco para dar a conocer el nuevo sexenio. "Fueron seguidas vía streaming por unas 20.000 personas. El modelo ha sido muy bien acogido y toda la universidad española está revolucionada con esto, como demuestra el número récord de solicitudes. Una vez se designe el panel de evaluadores, integrado por solo 10 miembros, pediremos poder contar con especialistas de todos los ámbitos".
