El fuerte temporal de lluvia y viento que desde el pasado jueves domina en la climatología local motivó la salida de los efectivos de emergencias hasta en cinco ocasiones a la hora. En total, fueron 112 las incidencias atajadas por la Policía Local y bomberos desde la tarde del jueves hasta última hora de ayer, cuando la situación se encontraba un poco más estable.

La ciudad registró durante la madrugada del viernes rachas de viento de hasta 64 kilómetros por hora (en el aeropuerto se contabilizaron máximas de 74 km/h.) que provocaron innumerables destrozos en el mobiliario urbano. Los contenedores, farolas y árboles fueron los que sufrieron las mayores virulencias de la borrasca "Helena". Así, la pasada madrugada los efectivos atajaron en tan solo 55 minutos un total de 21 incidencia relacionadas con el vuelco de contenedores, sillas y mesas de terrazas desplazadas que invadían la carretera, o incluso vallas de obras tiradas.

La caída de varios postes de la luz obligó a sendas salidas en las calles Cerexeiras, Seixiños, Camiño da traída das Augas o Camiño Verdeal, en Coruxo. La ausencia de luz también fue protagonista en varios puntos de la ciudad por la rotura de varias farolas, en algunos casos siendo necesaria la inmediata intervención de efectivos de seguridad ya que se encontraban sujetas solo por un cable.

Las inundaciones fueron también una constante durante las últimas jornadas. En concreto en Avenida de Ramón Nieto, en el túnel de Guixar o en la Avenida de Antonio Palacios. Los desbordes de alcantarillas protagonizaron también incontables incidencias. La más importante tuvo lugar a las 13.29 en la calle Areal, donde un vehículo colisionó contra la tapa de un alcantarillado que se encontraba levantada y sufrió daños de diversa consideración por los que cuyo dueño reclama. Las salidas de vía y accidentes leves también se sucedieron en varios puntos.

Los desprendimientos de árboles y muros concentraron también muchas de las salidas. Una de las últimas tuvo lugar en la calle Pizarro, a la altura del número 46, donde el muro de una propiedad cedió ante la acumulación de agua.

Si la situación por tierra era complicada, el tráfico aéreo no fue diferente. Si ya el jueves tuvieron que desviarse seis aviones, ayer otras dos naves de Ryanair aterrizaron y despegaron desde el aeropuerto de Santiago de Compostela ante la imposibilidad de hacerlo en Peinador. En total, cerca de 300 personas afectadas.

Por la contra, el tráfico de ría no sufrió notables variaciones en su horario habitual. Los viajes entre Cangas y Vigo operaron con normalidad, según la naviera Mar de Ons, aunque debido a las inclemencias meteorológicas desde las 7 hasta las 10 de la mañana las frecuencias se realizaron cada media hora en lugar de cada 20 minutos, a fin de adecuar la velocidad de los barcos a las condiciones en el mar.