La colaboración entre científicos y médicos mejora los estudios y acelera la llegada de los últimos avances logrados en el laboratorio hasta la camilla del paciente. "Es una relación muy fructífera y la única manera de hacer investigación de calidad", defiende el doctor José Ramón Caeiro, jefe de Traumatología del Complejo Hospitalario de Santiago (CHUS). Impulsado por esta filosofía, comenzó a colaborar con el grupo de Nuevos Materiales de la Universidad de Vigo, donde desarrolló una tesis por la que hace unos días recogía en el campus el premio extraordinario.
"Supone un reconocimiento a una carrera investigadora de muchos años y es un impulso para continuar con nuestra tormenta de ideas y colaborar en líneas interesantes. La relación con Pío González y el resto de miembros de su equipo es muy buena, ya se ha convertido en personal, y esto también te anima a seguir trabajando", destaca.
Su tesis recopila casi una veintena de artículos científicos publicados en la última década sobre la artrosis y la osteoporosis, las patologías más prevalentes en el día a día de este especialista en cirugía ortopédica y traumatología, así como en medicina de la educación física y el deporte.
"Llevo muchos años haciendo investigación básica y aplicada y una de mis líneas fundamentales es la calidad estructural del hueso, su resistencia y las razones por las que se degenera y se rompe. Muchas de estas preguntas se resuelven con técnicas de imagen como la microtomografía computarizada o con pruebas de física e ingeniería de los materiales. Y ahí surgió la colaboración con el grupo de la Universidad de Vigo. Ellos me ayudan a responder a ciertas cuestiones y yo les aporto mis análisis biomecánicos de hueso o colaboro en la caracterización y testeo de los biomateriales que desarrollan. Y así van surgiendo nuevos proyectos en común", explica.
Caeiro, que también es profesor asociado en Medicina, defiende esta sinergia entre el mundo académico y los hospitales: "Soy un fiel defensor de los abordajes multidisciplinares. Es una relación muy, muy enriquecedora. Los científicos nos ayudan y nosotros les planteamos qué cosas pueden tener interés o cómo focalizar sus investigaciones en los puntos clínicamente calientes. Es un 'win to win', todos ganamos".
Su tesis aborda las alteraciones estructurales y biomecánicas en ambas patologías y analiza cómo revertirlas o mitigarlas con diferentes tipos de fármacos. Contribuye así a "asentar" líneas de conocimiento y también tratamientos.
Caeiro realizó estudios experimentales con modelos animales. En el caso de la osteoporosis recurrió a ratas hembra ovariectomizadas y machos orquiectomizados. Y para analizar las alteraciones de la osteoporosis y evaluar los efectos de ciertos fármacos, como la diacereína o el ácido hialurónico, utilizó conejos.
Además, haciendo referencia al propio título de la tesis, que incluye la frase "de la investigación a la clínica", también testó medicamentos autorizados en pacientes con fracturas de cadera.
"La colaboración del sistema sanitario con los científicos es absolutamente necesaria. El Sergas interacciona con las tres universidades gallegas y con diferentes fundaciones porque es la única vía para desarrollar investigaciones de calidad y que generen conocimiento de interés para ambas partes. Y también para llegar a una transferencia al mundo empresarial", apunta.
En este sentido, el doctor Caeiro destaca el proyecto Iberos que coordina desde Vigo el catedrático Pío González y que aglutina a grupos gallegos y del norte de Portugal. Se trata de una red de bioingeniería para el envejecimiento saludable y en la que sus estudios sobre la artrosis y osteoporosis tienen un excelente encaje.
"Es una plataforma muy buena de investigación y estas dos patologías son altamente prevalentes y están relacionadas con el envejecimiento. Por tanto, son líneas de interés y desarrollo y la UE está dedicando fondos a este campo", comenta al respecto.
