Con el Código Penal en la mano, la conducta de José Antonio V.V., el septuagenario que tiene atemorizado y harto a todo un barrio de Vigo por no dejar de rayar y meter palillos en coches, no es sancionable más que con multa. Esa es la condena por causar daños "en propiedad ajena". Más o menos elevada en función de la "condición económica" del acusado y de la "cuantía" del desperfecto. Pero hasta ahí. Así que, si vuelven a detener a este hombre de 79 años y pasa a disposición judicial, tampoco cabría, para zanjar esta reiteración delictiva inagotable, decretar prisión provisional. Así lo consideran jueces y abogados consultados, que señalan que, acudiendo a la literalidad de la ley, el encarcelamiento preventivo solo se contempla si el delito por el que será juzgado está castigado con pena privativa de libertad. Lo contrario sería "forzar demasiado" las excepciones previstas. En definitiva, en lo que coinciden los expertos es que el de este hombre es un caso de solución "muy difícil". Al menos en el ámbito penal. "La solución estaría en la vía civil, un posible ingreso en una residencia; y esto siempre que se acredite algún trastorno mental, porque si los médicos dicen que está en plenitud de facultades...", argumentan.

Increpan al anciano que raya coches en Vigo: "¡Eres un sinvergüenza!"

Increpan al anciano que raya coches en Vigo: "¡Eres un sinvergüenza!"

Increpan al anciano que raya coches en Vigo: "¡Eres un sinvergüenza!" // FARO

José Antonio conoce bien los juzgados de . Ya tiene condenas firmes. Y un buen puñado de causas ahora en instrucción. Todas por lo mismo. Dañar coches. Su proceder tiene encaje en el artículo 263 del Código Penal. En el apartado 1, que contempla multa al "que causare daños en propiedad ajena". Es cierto que en el punto 2 del artículo hay seis supuestos que agravan el castigo con hasta 3 años de prisión. Pero ninguno, dicen, se adecua a la conducta obsesiva del anciano. Por ejemplo, cabría cárcel si los bienes son "de dominio o uso público o comunal". Pero un vehículo es de uso "privado" y cuando introduce palillos en portales de edificios tampoco se da esta circunstancia. Tampoco "arruina" a las víctimas -otro de los supuestos-, ya que, pese a que el global de desperfectos que el hombre causa desde hace años sí se traduce en una alta suma económica, la cantidad por cada perjudicado no suele superar los 500 euros. ¿Y son "daños de especial gravedad" o que "afecten a intereses generales"? "No se da la excepción", insiste un jurista.

Con este escenario en un juicio, los expertos señalan que, de forma previa, no se podría imponer una prisión preventiva. Es verdad que el artículo 502 de la Ley de Enjuiciamiento Civil cita excepciones, como cuando el investigado por un delito "doloso" realice "sus actividades delictivas con habitualidad". Ahí el juez no estaría sujeto para ordenar el encarcelamiento al "límite" de que la condena que afrontaría el acusado "sea igual o superior a dos años de cárcel". "Pero aún así debe ser una pena privativa de libertad", explica un magistrado, que estima que cualquier otra opción -como "interpretar" que sí podría acabar sentenciado a prisión por un posible impago de multa- sería "forzar" hasta el límite la norma.

Un hombre de 79 años tiene atemorizado a un barrio de Vigo

Un hombre de 79 años tiene atemorizado a un barrio de Vigo

Un hombre de 79 años tiene atemorizado a un barrio de Vigo // Agencia ATLAS

"La solución en penal es dificilísima", reconocen los consultados, que no ven viable una medida de alejamiento con respecto a O Calvario, donde actúa: "Haría lo mismo en otro lugar". Por ello, apuntan a la vía civil como la "adecuada". La Fiscalía, de hecho, abrió diligencias en este ámbito. Pero para ingresar a alguien en una residencia contra su voluntad, o promover una incapacidad, debe acreditarse que tiene sus facultades mermadas, algo que se averiguará. Todo pasaría por una nueva "valoración psiquiátrica". Hace apenas tres meses un juzgado instructor acordó una y lo envió al Álvaro Cunqueiro para tal fin. Pero José Antonio volvió a su barrio. Y sigue rayando coches.