El proyecto para instalar el nuevo Casino de Vigo en el Centro Comercial A Laxe supera su último escollo normativo. Tras recibir en septiembre autorización de la Vicepresidencia de la Xunta amparada en una modificación de la Lei do Xogo de Galicia, a los dueños del Casino de La Toja se les notificará en los próximos días la concesión de la licencia de obra para reformar los locales nueve y diez del complejo ubicado en Cánovas del Castillo. El permiso se firmó en las últimas horas y se aprobará en la próxima Gerencia de Urbanismo. El presupuesto de ejecución es de 1.238.456 euros, aunque la inversión completa que estimaban los responsables de la actuación ronda los 5,5 millones.

Más allá de la remodelación de la estructura, los promotores del proyecto ficharon al prestigioso diseñador Willy Gómez para acondicionar la sala viguesa. Este arquitecto peruano ha sido elegido por numerosos grupos empresariales para levantar sus casinos y ya suma más de un centenar de trabajos en Las Vegas, Viena, El Cairo, Bilbao y varias ciudades sudamericanas. Una de las exigencias planteadas a Zona Franca cuando se selló el alquiler de los locales es contar con una entrada propia desde la calle y la reforma del vestíbulo para que los usuarios accedan directamente desde el aparcamiento subterráneo y entren y salgan fácilmente sin necesidad de deambular de madrugada por el interior del centro comercial.

Durante la presentación formal del proyecto al gobierno vigués el pasado mes de marzo, el presidente del Grupo Luckia, José González fuentes, y el gerente de Cirsa, Braulio Pérez, cifraron en 105 los empleos directos que generará este nuevo equipamiento y entre 75 y 80 los indirectos. El plazo de obra se estimaba en cuatro meses, aunque fuentes de la compañía explicaban ayer que esperarán a conocer los términos de la licencia para confirmar el calendario definitivo. No obstante, reafirmaban su intención de acometer los trabajos "de la forma más ágil posible", por lo que después de más de una década de espera y trámites fallidos, la ciudad contará antes de que finalice el año con su primera sala de juegos de 1.874 metros cuadrados y un aforo autorizado para un máximo de 508 clientes.

La sala se completará con una barra de bar y un pequeño restaurante con nueve mesas individuales que suponen casi 200 m2 para uso hostelero. La distribución de espacios que figura en el proyecto redactado por el ingeniero industrial Pablo Pérez y el arquitecto Víctor M. García reserva 201 m2 para juegos de mesa, 331 para máquinas y una sala de 166 m2 para torneos de póker. El número máximo de elementos de juego autorizados son 13 mesas de juego, doce para torneos de póker, 71 máquinas recreativas y 14 máquinas.

Una vez finalizada la reforma, los dueños deberán solicitar permiso para el inicio de la actividad, que se desarrollará en dos locales de la primera planta de A Laxe cuyo alquiler por 25 años avanzó FARO el pasado mes de junio. Este acuerdo comercial coincidió con el décimo aniversario del recinto y dio el pistoletazo de salida a un cambio de timón en la oferta del complejo que, pese a su excelente ubicación, lleva años con varios locales vacíos. El salto definitivo se materializará en los próximos meses al apostar el nuevo delegado de Zona Franca por sacar a concurso su gestión y estar prevista una importante reforma. Otro de los cambios inminentes que se producirá es la ampliación del horario del parking para dar servicio a los clientes del Casino de Vigo durante la madrugada.

Finalmente será A Laxe el que se lleve el gato al agua después de más de una década en la que el Grupo Luckia y Cirsa tantearon media docena de posibles localizaciones. "Fue difícil encontrar un bajo adecuado en la actual situación urbanística", reconocía González Fuentes durante su última visita al Concello y tras explorar hace años opciones como el antiguo hotel Samil. Legalmente la sala de juegos de Vigo será una sucursal anexa al Casino La Toja, pero en la práctica funcionará de forma independencia y se apuesta por una marca comercial propia como Casino de Vigo para diferenciarlo.