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El entorno "cómplice" que urge PSA

El primer discurso de Bueno denota su preocupación por la falta de suelo próximo a la planta, la fuerte subida de la luz y la rápida necesidad de adaptación a la industria 4.0

El entorno "cómplice" que urge PSA

"Encaramos el futuro con confianza y asumimos el gran desafío que representa mantenerse a la vanguardia en un sector que afronta una profunda y vertiginosa transformación". En apenas tres minutos de discurso el viernes en la entrega del primer Premio Economía del Consello Galego de Economistas, el nuevo director de PSA-Vigo, Ignacio Bueno, repasó los sesenta años de historia y el presente de Balaídos y concretó los cinco principales retos a los que se enfrenta la planta en el futuro, para los que no dudó en pedir la "complicidad" del "entorno", en alusión al conjunto del sector pero, sobre todo, a las administraciones. A continuación se analizan cada uno de esos cinco desafíos sobre los que -insistió- hay que trabajar.

| Reducir los costes de la energía. La escalada de precios no solo afecta a las empresas electrointensivas como Alcoa, sino al conjunto de la industria gallega. El pasado septiembre, la gran mayoría de fabricantes de componentes instalados en Galicia, que negociaban su tarifa energética a través del Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga), vieron cómo su compañía eléctrica rescindía de forma unilateral el contrato que habían firmado apenas unos meses antes al verse incapaz de ofrecerles el precio acordado, obligando al colectivo a negociar in extremis con otro proveedor.

La planta de Balaídos no está ajena a esta problemática. El grupo que preside Carlos Tavares no entiende que los precios de la electricidad en España sean más caros que los de Francia o Portugal. De hecho, en este último país se redujeron por la presión de la multinacional francesa, que condicionó la adjudicación a la planta de Mangualde de una parte de la producción de las nuevas furgonetas K9 (Citroën Berlingo, Peugeot Partner/Rifter) a un abaratamiento de la electricidad, bajo seria amenaza de deslocalización.

En un contexto en el que las industrias de los países desarrollados apuestan por la digitalización y la robotización como única forma de competir con las instaladas en países con mano de obra barata -con unos costes laborales muy bajos-, tener un marco de precios estable y barato resulta fundamental.

| Mejorar la logística y las infraestructuras de transporte. Este es el punto que más preocupa a PSA-Vigo y a su nuevo director, según ha podido saber este periódico. Y es muy amplio. La logística se ha convertido, dentro de la tabla de costes de cualquier fábrica, en uno de los más importantes; a veces, incluso más que el laboral. Con Marruecos a las puertas de una autopista del mar que no dejará de crecer en los próximos años y Portugal a apenas 20 kilómetros, la única ventaja que tienen los fabricantes de componentes instalados en el área de Vigo es su proximidad a Balaídos. Y el problema, la falta de suelo para uso industrial.

PSA lleva años tratando de acercar a sus principales proveedores a la fábrica, pero no hay terreno, y el poco que hay sale al mercado lo hace a precios prohibitivos. Desde el sector se ve con preocupación cómo algunas de las principales actuaciones en marcha para dotar a Vigo de suelo, como la ampliación del Parque Tecnológico y Logístico (PTL) de Valladares, tendrán un uso solo comercial, para atraer a grandes cadenas como Ikea o Leroy Merlin, y no industrial. Este es un "error" que ya se cometió cuando se planificó en origen el PTL, concebido como un parque empresarial terciario, y que se solventó tras un golpe encima de la mesa del entonces director de PSA, Javier Riera, que reclamó suelo para la industria, lo que propició la instalación de multinacionales de la talla de Faurecia, Denso, Benteler o Antolín (hoy Lear Corporation), que emplean a miles de personas y exportan sus productos a todo el mundo. Y se volvió a repetir con Porto do Molle, en Nigrán.

La ampliación del polígono de Balaídos, que quedó paralizada tras la suspensión del PXOM de 2008, se antoja hoy imprescindible para que la fábrica más urbana -y pequeña en extensión, con poco más de 600.000 metros cuadrados-- de todo el Grupo PSA (rodeada por casi todos sus flancos por la ciudad) pueda crecer y lo que es más importante, acercar a sus proveedores a Vigo para hacer frente a la competencia low-cost. Hay que recordar que Bueno se forjó en la planta de Zaragoza, ubicada en medio de un desierto en el que no tienen problemas de espacio como en Vigo.

Dentro del capítulo de logística, PSA ve preciso y urgente dotar a la industria viguesa de un área de transporte para que los miles de camiones que entran y salen a diario de los principales polígonos de la ciudad y de la zona portuaria puedan estacionar, acabando a la vez con las estampas de hileras de trailers aparcados en la avenida de Citroën, Samil o la entrada a la terminal boucense. Esta demanda, transversal a todos los sectores, ya había llevado al Consorcio de la Zona Franca de Vigo a estudiar la creación de una Ciudad del Transporte en la comarca, aunque por ahora solo es un proyecto, sin medidas concretas.

Otra demanda pendiente de PSA con el transporte es la conexión ferroviaria de la planta, aunque la presión ejercida a lo largo de estos últimos treinta años ha variado dependiendo de quién ocupaba el sillón de director de Balaídos. Lo que está claro es que el grupo sí apuesta por este medio de transporte, como lo demuestra la reclamación hecha personalmente por Carlos Tavares al Gobierno de Lisboa para unir por tren Mangualde y Porriño. Y que el Puerto ya se ha puesto manos a la obra para reclamar inversión y llevar el tren a Bouzas, un proyecto complejo técnicamente pero que permitiría enlazar la mayor terminal de vehículos del noroeste con todas las plantas de coches españolas, incluidas las tres del polo ibérico (Vigo, Zaragoza y Madrid), y convertir Bouzas en una gran puerta de entrada atlántica para los proveedores instalados en el norte de África.

| Seguir desarrollando la flexibilidad. Flexibilidad como concepto más amplio, desde un punto de vista industrial y laboral. En un mercado en constante cambio, PSA-Vigo debe ser capaz de dar respuesta no solo a las fluctuaciones del volumen de coches que se demandan, sino al carácter personalizado de las compras. En lo que respecta a flexibilidad industrial, Balaídos cuenta con las dos plataformas modulares del grupo, la EMP2 y la CMP, capaces de fabricar un amplio abanico de siluetas y tamaños; y en flexibilidad laboral, el centro vigués siempre ha sido un ejemplo dentro del grupo. Bueno considera que hay que seguir desarrollando esta flexibilidad.

| La innovación de procesos productivos. Los pasos dados por el ecosistema de innovación de la automoción viguesa, compuesta por los centros tecnológicos (CTAG, Aimen, Gradiant), las aceleradoras e incubadoras de empresas (BFA, High Tech Auto) y las propias empresas del sector, van en esta dirección. Sin innovación no hay futuro.

| Las ayudas al coche eléctrico. En su discurso, Bueno también apeló al respaldo de las administraciones para ayudar al sector en su transformación hacia el vehículo eléctrico, con incentivos tanto a la compra de este tipo de automóviles, como al despliegue de las infraestructuras de recarga -hoy, insuficientes- y a la adaptación del tejido productivo.

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