Zona Franca no ha tardado ni 24 horas en dar el siguiente paso e imprescindible para llevar adelante su plan -avanzado por FARO este fin de semana- de construir bajo los jardines de Elduayen (entre Montero Ríos y As Avenidas) un parking de 500 plazas conectándolo con el robotizado de A Laxe y el de Praza da Estrela. Su delegado, David Regades, remitió ayer una carta a la Autoridad Portuaria solicitando la concesión administrativa de 11.000 m2, el espacio que estima se necesitará para acometer la obra. Pero igual de rápido que la envió recibió una respuesta del Puerto que desacelera por completo la celeridad que quiere imprimir el consorcio a esta actuación. El presidente de la institución portuaria, Enrique López Veiga, responde denegándole la solicitud por "formalmente inadmisible" al formularse sin ninguno de los documentos que la Ley de Puerto obliga a adjuntar en estos trámites, como el proyecto básico y la memoria económica.

En la carta que llegó a primera hora de la mañana de ayer a la sede de la Autoridad Portuaria, David Regades apela a la elevada demanda de plazas de aparcamiento en esta zona. Un problema que, recalca, resolvería la construcción de un estacionamiento subterráneo unidos a los otros dos de su propiedad, un proyecto cuya licitación estaría preparando, según deja entrever en la misiva.

Por ello insta al Puerto a iniciar los trámites para otorgarle la concesión administrativa -una de las figuras establecidas para la ocupación de suelo en dominio público portuario- sobre esos 11.000 m2 "aproximadamente" que necesita para ejecutarlo. Además avanza a López Veiga su pretensión de enmarcar la obra dentro de un convenio con el Concello del que quiere hacer también partícipe al Puerto.

La iniciativa de Zona Franca ha suscitado un respaldo unánime de hosteleros, hoteleros, vecinos del entorno y hasta de la Confederación de Empresarios de la Provincia (CEP). Colectivos que incluso plantean aprovechar este aparcamiento para abordar la remodelación del ámbito que lo rodea. El presidente del Puerto reiteró ayer lo declarado el día anterior a este periódico, "que no me opongo a nada, pero quiero conocer el proyecto".

Objeciones

Insiste López Veiga en esta precisión para reprochar por un lado "una queja, porque más allá de una mención oral, nadie me presentó en profundidad lo que se pretende hacer", y por otro, para evitar que el rechazo de la solicitud de la concesión pueda confundirse con una postura a priori en contra del nuevo estacionamiento.

El presidente asegura que la solicitud, redactada en una hoja, es "inadmisible en la forma" al no acompañarse de los documentos que manda el artículo 84 de la Ley de Puertos, entre otros, el proyecto básico, la memoria económica y la evaluación ambiental. "Es que yo no puedo otorgar el terreno portuario a discreción. Y como cualquier otro concesionario o aspirante a serlo, los técnicos de Zona Franca saben de sobra los requisitos administrativos que se exige", expone.

Por tanto, "solo por imposición legal" respondió ayer a la carta de Regades con la denegación de su petición. De momento, porque López Veiga no oculta algunas de sus objeciones, "empezando por las consecuencias que podrían tener para los jardines". Aparte de esto recela de hacer un nuevo convenio. "No veo la necesidad cuando ya tenemos uno, el de Abrir Vigo al Mar de 1992", razona aun admitiendo que un cambio en la ley de Procedimiento Administrativo obligará al Puerto a revisarlo en un corto plazo de tiempo. "Pero es que a la vista de la interpretación que hace el Concello del documento a raíz del accidente de O Marisquiño, no estoy dispuesto a hacer nada sin estar plenamente seguro de lo que aceptamos cada parte", zanja.