Un suceso "evitable" porque "ni dios se preocupó de nada". Así resumió el derrumbe del muelle pilotado de As Avenidas el exalcalde de Vigo Carlos González Príncipe, quien por su papel de firmante del convenio Abrir Vigo al Mar compareció ayer en la comisión de investigación parlamentaria. Concretamente, el que fue regidor olívico entre los años 1991 y 1995 arremetió contra la gestión del cuidado y mantenimiento de la zona llevada a cabo tanto por el Ayuntamiento como por la Autoridad Portuaria. "El convenio que yo firmé no tiene nada que ver con el accidente. Esto lo va acabar pagando el Concello y un poco el Puerto", considera Príncipe.

El exalcalde atacó al actual regidor Abel Caballero al que acusó de "confundir mayoría absoluta con impunidad absoluta". A ese respecto, advirtió al Gobierno local que "no puede huir de la responsabilidad que tiene" en relación al derrumbe, ya que según destaca Príncipe, en el convenio Abrir Vigo al Mar, el mantenimiento "sobre toda la actuación" correspondía al Ayuntamiento. El exalcalde trasladó también su denuncia a la Autoridad Portuaria, si bien en ambos casos sostuvo que "no se actuó de mala fe, solo hubo un exceso de confianza".

Y es que Carlos González Príncipe señaló al evento previo a O Marisquiño -el Vigo SeaFest- como "la prueba de fuego" para el escenario. "Lo hicieron antes en ese mismo paseo y no pasó nada; la diferencia es que fue mucha menos aglomeración", explica el compareciente, quien revela además que, tras hablar con funcionarios municipales con los que aún tiene contacto, todos coinciden en señalar que "ni dios se preocupó de nada" en referencia a la conservación y mantenimiento de ese muelle.

Sobre este extremo entró a valorar el portavoz del BNG, Luis Bará, quien explica que la administración que cede un espacio "tiene responsabilidades en lo que pase ahí" y por lo tanto tendría el deber de "comprobar si el estado de una estructura tiene la capacidad para soportar el aforo".

Tras la comparecencia de Príncipe, fue el turno de Lorenzo Couselo, representante de la Asociación de Festivais de Galicia, quien arrojó luz sobre el papel de cada administración u promotores en la organización de un evento. Couselo defendió que no es posible trasladar a los organizadores de un festival la responsabilidad sobre fallos derivados de "vicios ocultos", ni sobre "riesgos no advertidos" en las autorizaciones y refrendó su argumento explicando que si este evento de música y deporte urbano "no tuviese todo bajo control, no hubiese llegado a donde llegó, con pruebas autorizadas por federaciones internacionales que son muy exigentes".