La causa por el desplome del paseo en el festival de O Marisquiño tendrá sin duda dimensiones de "megacausa" debido al elevado número de jóvenes heridos. A la espera de la decisión que adopte la jueza una vez cuente con los informes periciales, que resultan claves para esclarecer si hubo infracción penal -de momento se abrieron diligencias por un presunto delito de lesiones imprudentes- y a quién competería la responsabilidad de ser así, en el Juzgado de Instrucción 3 de Vigo continúan personándose afectados para ratificar la denuncia y ser examinados por los médicos forenses para que les valoren las lesiones sufridas. Durante toda la mañana de ayer varios jóvenes acudieron a hacer este trámite al tribunal acompañados por sus padres u otros familiares.

Javier Alonso, de 20 años, fue uno de los jóvenes heridos en O Marisquiño que ayer acudió a ratificar su denuncia. Sufrió la rotura de una costilla, entre otras lesiones. Aquella difícil noche fue atendido en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. "Lo único que quiero es que (en eventos así) se ponga a la gente donde se tiene que poner, que esto no vuelva a ocurrir", afirma este vigués, que tuvo que estar un mes de baja en el trabajo y cuya recuperación se prolongó aún más tiempo. "Ahora quedan las secuelas psicológicas; a nivel físico me duele la espalda, pero eso pasará con el tiempo", relata. Aquella noche de agosto fue de los "últimos" en poder salir tras el derrumbe del paseo donde estaba la grada. Su padre lo llevó al hospital. "Desde que me metió en el coche y hasta que estaba de nuevo en casa tras ir al hospital no recuerdo nada; al volver a casa tomé un vaso de agua, empecé a llorar y me fui para cama", confiesa este joven, que trabaja en la compra y venta de pescado.