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El bus público da un acelerón y recupera medio millón de pasajeros en solo un año

Vitrasa supera la barrera de 20 millones de viajes de pago por primera vez desde 2012 - Solo en diciembre, coincidiendo con el alumbrado navideño, ganó 100.000 usuarios

Simón Espinosa

El servicio de autobús público pega uno de los mayores acelerones de la última década. La crisis económica lastró seriamente la demanda en los buses verdes de Vitrasa, que llegó a perder más de 2 millones de viajeros respecto a su mejor ejercicio: 2008. Al igual que en la mayoría de ciudades españolas, el transporte público se desplomó durante los peores años de la recesión económica. En Vigo tocó fondo en 2014. Desde entonces, la demanda en los autocares urbanos ha venido creciendo de forma desigual. Y ha sido en 2018 cuando ha escalado de forma destacada al ganar casi 530.000 usuarios de pago respecto al ejercicio anterior y superar los 20 millones de viajeros, algo que no ocurría desde hace siete años.

Fuentes de la concesionaria atribuyen este espectacular crecimiento principalmente a dos motivos. Por un lado, a la mejora de la coyuntura económica y, por otro, a la buena climatología registrada a lo largo de este año. Y es que el sol tiene un papel muy importante en las estadísticas de Vitrasa, permitiendo que sus líneas de playa se llenen o vacíen en función de la climatología.

Pero probablemente no han sido los únicos factores que han permitido esta remontada del transporte público en Vigo. Si se analizan los datos del mes de diciembre, cuando la ciudad estuvo abarrotada de turistas y era muy complicado llegar al centro de la ciudad en transporte privado, se puede deducir que el efecto del alumbrado navideño ha contribuido a poner la guinda a un buen año para el bus urbano. Y es que solo en ese mes se subieron a los autocares verdes 100.000 personas más que en 2017. De 1,53 millones se pasó a 1,63.

Probablemente otro de los factores que está detrás de este crecimiento, pero también de los que se han venido registrando en ejercicios anteriores, es la apertura del hospital Álvaro Cunqueiro a las afueras de la ciudad. Esta situación obligó a reestructurar las líneas de Vitrasa y a abrir otras nuevas para que los vigueses pudieran llegar en transporte público a Bembrive, lo que impulsó también la demanda.

En menor medida, aunque significativa, ha influido también el aumento de pasajeros del aeropuerto de Vigo en los últimos tres años y, particularmente, coincidiendo con la llegada de Ryanair a Peinador. Desde entonces, la demanda de la única línea de autobús que conecta el centro de la ciudad con Peinador triplicó la demanda.

Transbordos

Pero no solo crecen los pasajeros de pago. También lo hacen los transbordos, que han pasado de 1,75 millones a 1,79. Se trata de aquellos cambios de autobús (dos como máximo) que realizan los usuarios de forma gratuita en los 45 minutos siguientes a haber validado su primer tique.

A día de hoy, el autobús público ha logrado recuperar la mitad de todos lo viajeros de pago que perdió durante la crisis. En 2008 alcanzó su máximo histórico con 21.424.373. Tocó fondo en 2014 tras haber perdido dos millones. Desde entonces y hasta 2018 ha conseguido recuperar casi la mitad (907.000) hasta situarse en los 20.298.764 del último ejercicio completo.

Al igual que en años anteriores, las líneas con mayor demanda son la C3, que atraviesa Vigo desde Bouzas hasta Chapela y que durante la campaña estival llega también hasta la zona de playas; la L5A, que va desde Buenos Aires hasta Navia pasando por Urzáiz y Policarpo Sanz; y también las que van al campus universitario.

Fin de la concesión

Pese a esta recuperación de usuarios, Vitrasa podría estar contando sus últimos meses en Vigo. Y es que como anunció el alcalde, Abel Caballero, a finales del año pasado, el Concello no hará uso de las dos prórrogas por cinco años cada una que se contemplan en el contrato de la actual concesión. Y, pese a considerar que la actual empresa "presta un buen servicio", anunció que en 2020 se sacará a concurso. Una convocatoria a la que, con toda probabilidad, volverá a presentarse Vitrasa. "Las cosas han cambiado mucho. Queremos una concesión adecuada al año 2018 y no a 1994", aseveró el regidor olívico en referencia al tiempo que ha pasado desde el último contrato.

Respecto a las tarifas de los autocares verdes, durante el presente año continuarán sin variaciones respecto a 2018. De esta forma, el billete ordinario costará 1,35 euros y, el bonificado, 0,89.

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