Ni la Estrella de Belén, ni los camellos más veloces de Oriente ni la más moderna tecnología facilitaron la llegada de los Reyes Magos a Vigo: tan solo fue necesario seguir el umbral de las luces navideñas y del imponente árbol para el umbral de las luces navideñasarribar en la "mejor ciudad del mundo". Así lo confesaron sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar cuando recibieron de la mano del alcalde Abel Caballero la llave de la urbe, una mágica herramienta que les permitió entrar en todas y cada una de las casas de los niños vigueses y depositar sus regalos bajo el árbol. No importó el frío ni las bajas temperaturas, cientos de miles de familias se agolparon a lo largo del recorrido, y más especialmente en Porta do Sol, para recibir el saludo más especial de los Reyes a cambio de sus mejores sonrisas.

Y es que nada como la felicidad de un niño para sacar toda la magia a la calle. Mimos, dragones, arlequines, un zoo liberado y un bosque animado fueron algunos de los espectáculos elegidos por las carrozas que discurrieron durante más de dos horas por el trayecto entre Isaac Peral y Porta do Sol, donde se colocó un imponente escenario para que sus Majestades y los pajes reales pudieran saludar a todos los niños que no quisieron perderse su visita anual.

Entre los 150.000 asistentes -según estimaciones de la Policía Local-, muchos nervios y la tensión propia de una noche que para muchos se hizo eterna mientras sonaban los villancicos y la canciones de moda. La cabalgata arrancó poco después de las 18.00 horas de la tarde y en ella participaron hasta 23 agrupaciones que hicieron gala de su gran inventiva. Al frente de la comitiva real se encontraba un grupo de agentes de la Policía Local a caballo portando sus trajes de gala que fueron muy aplaudidos por los más pequeños. Tras ellos desfilaron los integrantes del grupo Discamino en sus bicicletas y tándem adaptados vestidos también para la ocasión: animales, arlequines y globos, muchos globos.

Tras ellos, la fantasía llegó de la mano de la carroza de El Corte Inglés creando una mundo donde la magia fue protagonista: conejos saliendo de sus chisteras y atracciones que deleitaron al público. Arrastrándose por el asfalto llegaron los caracoles de "El Bosque" y sus mariposas que no pararon de bailar y animar a los asistentes con sus brillantes alas. Una de las más aclamadas fue la del dragón de tres cabezas formado con globos que no dejaba de abanearse entre los niños y sus familias. Los desfiles de los elefantes y ardillas de Alcampo, Abanca o Gadis también despertaron los aplausos de los asistentes.

Los grandes clásicos de los cuentos tampoco faltaron a su cita con la cabalgata real y tanto el Capitán Garfio, como Peter Pan y Aladdin salieron a saludar a los niños y a entregarles cientos de caramelos. Más de 4 toneladas se repartieron entre los asistentes que "batallaban" con ingenio y grandes bolsas -casi sacos- para hacerse con el mayor número de dulces posibles.

Al ritmo de tambores y trompetas hizo su entrada en las inmediaciones de Porta do Sol la Cartera Real, anunciando el momento más importante de la cabalgata y por el que anhelaban los cientos de niños y familiares que llevaban desde la tarde guardando hueco en primera fila para poder ver de cerca a sus Majestades.

Fue a las 19.39 horas cuando la comitiva encabezada por el Rey Melchor hizo acto de presencia en la plaza y recibió el enorme cariño de los vigueses. Tras él llegaron los Reyes Gaspar y Baltasar, que en grupo bajaron de sus carrozas y acompañados por el alcalde Abel Caballero, la presidenta de la Diputación Carmela Silva y varios concejales subieron al escenario para hacerles entrega de la "llave" de Vigo y saludar a sus pupilos. El Rey Melchor reconoció "lo fácil que fue llegar a la ciudad guiados por las luces del alumbrado" y felicitó al alcalde por "facilitarles el reparto" de la pasada noche. "Con estas rampas y ascensores podremos llegar a todas las casas sin problema", bromeó Melchor.

Gaspar y Baltasar aseguraron sentirse "felices" de ver "a tantos niños buenos" y los animaron a disfrutar de sus nuevos juguetes en los "nuevos parques infantiles y pabellones", aunque también les advirtieron que había que acostarse temprano y siempre, siempre, hacer caso a los abuelos, "que siempre estarán con nosotros".

Y aunque sus Majestades de Oriente fueron las protagonistas, el aplauso más fuerte se lo llevó el alcalde Abel Caballero quien felicitó a todos los niños por ser "los mejores del mundo". "Sé bien que habéis sido los mejores y por ello los Reyes os han traídos todos los regalos, no sé que pasará en otros sitios, pero aquí nadie se quedará sin su regalo", animó el alcalde que si bien no tiene la potestad real de entregar juguetes en Navidad, sí les dio a los vigueses un gran presente: "¡Las mejores luces del mundo! ".