Andrés Dono ejerce de vigués orgulloso en EE UU y sus compañeros más cercanos saben incluso de la existencia de Dinoseto: "Siempre les hablo del Puerto, de las Cíes o de Samil y alguno ha venido a conocer la ciudad. También me he traído a amigos a los que les ha encantado".

Lector de FARO "a diario", también hace gala de sus colores futbolísticos: "Cuando me preguntan si soy del Madrid o del Barça yo les digo que del Celta. Soy socio desde los 12 años y me gusta tener esa conexión. Cuando hay partido me levanto de madrugada en California, me despierto aunque no quiera", reconoce entre risas. Viajó a Kazan con un colega para ver jugar a Iago Aspas con La Roja y mañana acudirá al encuentro ante el Athletic de Bilbao con su pandilla de siempre: "Estuve en Balaídos cuando le metimos 4 al Barça. Aquello fue increíble".

También presume en la NASA de la carrera espacial emprendida desde la Universidad de Vigo. "Contacté con el equipo de Fernando Aguado y los visité en el campus. Me los encuentro en algunas conferencias por el mundo. Me impresiona su trabajo. Lo que están haciendo con los cubesats es increíble a nivel mundial", aplaude.

Al cómputo del talento forjado en su ciudad natal, añade la "dilatada trayectoria" del astrobiólogo Alfonso Davila, formado en la universidad viguesa y que también trabaja en el Centro Ames de Mountain View. Y estaría encantado de conocer a otra paisana, Begoña Vilas, ingeniera jefa en el Centro Goddard de la NASA, en Washington. "Podríamos crear una agencia espacial viguesa entre todos", bromea.

Al mismo tiempo, celebra la oportunidad de conocer, tanto en su trabajo como fuera, a gente de diferentes orígenes: "Es enriquecedor exponerte a otras culturas, idiomas, humores y gastronomías".