Las declaraciones vertidas por el presidente de la sociedad gallega de ginecólogos, Casimiro Obispo, en su entrevista a FARO, han generado un importante malestar entre el colectivo de matronas. El médico aseguró que la gran mayoría de los ginecólogos no recomendaban a las mujeres dar a luz en casa y argumentaba que corrían riesgos que no existen en los hospitales.

La Asociación Galega de Matronas (AGAM) considera que las afirmaciones de Obispo no se rigen por ninguna evidencia científica y que "además dañan la imagen" del colectivo de comadronas. "Consideramos que la sociedad debe recibir información de una forma veraz basada en las recomendaciones de los organismos oficiales y no en opiniones subjetivas", explica la directiva de la Asociación, encabezada por su presidenta, Isabel Abel Diéguez.

El colectivo considera que la imagen de las matronas se vio "gravemente dañada", al considerar que se ha dado una imagen sensacionalista y falsa acerca de la seguridad de los partos de bajo riesgo en los domicilios cuando son atendidos por profesionales.

"El parto en casa en mujeres de bajo riesgo y atendido por matronas profesionales mostró ser una opción igual de segura que el parto hospitalario, además de ser más satisfactoria para las mujeres según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos", explican las matronas.

Consideran que todas las madres tienen el derecho a elegir las circunstancias en las que prefieren dar a luz y que todos los estados europeos deben asegurarles el acceso a dar a luz en el domicilio y garantizar su seguridad.

"El parto en casa es seguro, y así lo avala la Organización Mundial de la Salud", afirman. Recuerdan además que cuando una familia contrata asistencia sanitaria para un parto domiciliario, la matrona es la encargada de valorar el riesgo para poder parir en casa, hacer un cribado adecuado de las gestaciones que eligen esta opción y, en el momento de dar a luz, vigilar que todo transcurra sin incidencias.

"Es importante destacar que habitualmente las tareas de la matrona en un parto en casa son básicamente de acompañamiento, ya que en muy pocas ocasiones son partos que requieran intervención, y si se diese el caso, acostumbran a realizarse en un hospital", explican.

Según la Ley de Autonomía del Paciente, la mujer tiene derecho a decidir libremente después de recibir la información adecuada entre las opciones clínicas disponibles, y los profesionales que intervienen en la actividad asistencial "están obligados no solo a la correcta prestación de sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes de información y documentación clínica y al respecto de las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el paciente".

"Las mujeres y sus familias tienen derecho a tomar las decisiones informadas con respecto a la maternidad y a la atención de la criatura, y tienen el deber de aceptar la responsabilidad personal de estas decisiones", relatan las comadronas según la citada legislación.

Defienden que es imprescindible la asistencia sanitaria profesional en los partos domiciliarios para garantizar la seguridad tanto del bebé como de la madre. "La matrona es el profesional sanitario mejor preparado para garantizar la seguridad de madre y bebé en un momento tan íntimo y delicado como lo es un parto", considera el colectivo.

Por todos estos motivos rechazan las declaraciones del presidente de la Sociedad Galega de Obstetricia e Xinecoloxía, Casimiro Obispo, y quieren dejar claro que tanto las matronas como los obstetras son profesionales del mismo equipo multidisciplinar. "Y debemos colaborar entre nosotros, respetarnos y respetar la autonomía de la mujer. Y, en todo caso, ejercer nuestra práctica basada en la evidencia científica disponible", concluyen.

La polémica surgió hace apenas unas semanas, cuando un bebé fallecía en Vigo en un parto en casa. El presidente de los ginecólogos gallegos criticó duramente este tipo de prácticas. "Francamente, no entiendo a la gente que decide no acudir al hospital. O no le explican bien el riesgo que corren si paren en su casa o bien tienen unas convicciones muy fuertes. No olvidemos que hay una persona, el feto, al que nadie le pregunta. Y estamos hablando de una decisión muy importante", aseguró.

Casimiro Obispo considera que hay muchos riesgos tanto para el feto como para la propia madre. "Un parto siempre es una situación de riesgo. Puede ir todo bien y en un momento ir todo mal. Ya no es solo que el feto pueda morir, sino que le pueden quedar graves secuelas derivadas del sufrimiento fetal. Secuelas que acabaremos pagando toda la sociedad. Si estás en un hospital es complicado que haya problemas gracias a todos los medios de los que disponemos", sentenció en la entrevista.