Las protegidas aguas del fondeadero de Cíes recibieron en la mañana de ayer la visita del granelero liberiano de 229 metros de eslora SBI Rock, cuyo armador eligió la ría viguesa para que la obra viva de la embarcación (la parte sumergida) sufriera la inspección submarina reglamentaria, según información de Incargo Galicia.

Los trabajos fueron realizados por un equipo especializado de cinco buzos provistos de cámaras, que finalizaron dicho reconocimiento en las primeras horas de la tarde. El SBI Rock, que lleva tan solo tres años en servicio, viaja en lastre tripulado por 20 personas. Procedía de Holanda y quedaba a la espera de órdenes para zarpar hacia su próximo destino.