El Lume 1, el cuarto satélite impulsado por la Universidad de Vigo, tuvo un lanzamiento "fantástico" ayer a las tres de la madrugada desde el cosmódromo ruso de Vostochny y ya está orbitando a casi 500 kilómetros de nuestro planeta. El aparato, de dos kilos y 200 gramos, da 15 vueltas diarias a la Tierra (una cada hora y media) y pasa entre cuatro y seis veces al día por la estación de control de Vigo, según informó esta mañana el investigador responsable de la Agrupación Aeroespacial de la UVigo, Fernando Aguado. "Hasta que el satélite no fue inyectado alrededor de las 06.00 todo eran nervios y emplear el Google Translator para poder entender a los rusos" en la sala de reuniones de la Escuela de Telecomunicaciones de la UVigo, contó el profesor.

El objetivo principal es monitorizar en tiempo real los incendios forestales, por lo que el Lume forma parte del proyecto FireRS y su labor consistirá en comunicarse con los sensores de tierra en el caso de que detecten la presencia de fuego y programar una conexión con aviones no tripulados. En los trabajos también colaboraron la Universidad de Oporto, el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia y el grupo Cima (perteneciente a la universidad viguesa).

El interior del satélite está conformado por otros dos de observación de la Tierra de la serie Kanopus-V de la agencia espacial rusa Roscosmos, además del cubesat vigués (un estándar de diseño de nanosatélites) y varias cargas secundarias. Entre los planes futuros para el Lume se encuentra la incorporación de vehículos terrestres autónomos con sensores y otros satélites. Por su parte, uno de los expertos colaboradores en el proyecto y veterano en los lanzamientos (participó en la creación del Xatcobeo en mayo de 2008), Diego Nodar, alabó el buen hacer en el Lume 1, ya que advirtió que "los riesgos de lanzar un satélite que funcione a la primera son muy altos" y habló sobre la importancia de la spin off de la UVigo, Alén Space, que también dio soporte a este proyecto. "Queremos competir con empresas de todo el mundo para que confíen en nosotros para desarrollar su negocio en el espacio. Crearemos industria y oportunidades para que lleguen a Galicia ingenieros aeroespaciales de fuera y que los locales se queden aquí porque tengan un referente", aseguró Nodar.

En el medio año que queda de proyecto con el Lume 1, tanto Aguado como Nodar explicaron que se empleará el tiempo en "confirmar que la tecnología funciona en órbita y realizar todo tipo de pruebas" al aparato que definen como "un sistema con cobertura global y mundial con terminales de bajo coste".