El aumento del consumo se nota en las tiendas, en las colas de las cajas del súper, en los restaurantes, en las calles... y también en los contenedores de basura. A más consumo, más desperdicios. Los datos de recogida de residuos que maneja el Concello muestran que entre enero y noviembre se sacaron de los contenedores verdes destinados a los restos orgánicos unas 104.600 toneladas de desperdicios, casi 200 más que durante el mismo período del año pasado. Aumenta también la cantidad de residuos voluminosos retirados de las calles, una categoría en la que se incluyen los muebles, somieres... de los que se deshacen los vecinos. En 11 meses el Concello contabilizó 2.326 toneladas, ligeramente por encima de los 2.263 de 2017. Repunta también ligeramente el número de pilas y acumuladores recogidos, que suman cerca de 23 toneladas.