El parque de Castrelos ofrece a diario una estampa muy común: personas que sacan a sus perros a pasear allí y los dejan en muchos casos completamente sueltos, sin correa, pese a que el Concello lo prohibió expresamente. Los que más están sufriendo esta situación son los corredores que acuden a diario al parque municipal a hacer deporte. Algunos de ellos denuncian la molestia que les supone que los perros no vayan con correa, pues hay ocasiones que mientras corren los canes les siguen, se atraviesan en sus caminos y pueden provocar alguna caída.

"Es cierto que habitualmente no dan problemas, pero yo por ejemplo les tengo miedo y no me parece correcto que los dueños no los lleven atados. El otro día un perro suelto persiguió a un corredor durante cien metros y el dueño no puso mucho empeño en evitarlo", explica Susana, que acude habitualmente a Castrelos a practicar deporte. "Precisamente voy a correr a este parque porque está prohibido que los perros estén sueltos, pero últimamente lo más normal es que muy pocos dueños los lleven atados. Además la policía rara vez está por aquí controlando que se cumple la normativa", añade.

Los canes además van liberados por el circuito de un kilómetro destinado a los runners. "Lo peor es que cuando más pasa esto es los fines de semana o festivos, cuando es el momento en que la mayoría de nosotros podemos venir a hacer deporte. A mí me gustan los perros, pero también me gusta poder correr tranquilo. No quiero estar pendiente de si un perro me sigue o de si se pone delante y lo tengo que esquivar para no tropezarme", explica Javier, otro corredor. Los deportistas denuncian que el rótulo instalado en Castrelos que especificaba la obligatoriedad de llevar a los cánidos atados lo han retirado.

Fue precisamente en el parque de Castrelos cuando un perro que paseaba suelto atacó a una mujer el pasado junio. El animal se abalanzó ella causándole importantes heridas de mordedura en una pierna. El perro fue derivado a una protectora y la mujer tuvo que ser trasladada al Hospital Álvaro Cunqueiro. En este caso, fue el propio propietario del animal el que dio la voz de alarma y llamó al 112.

El Concello advierte a los dueños de los perros de la obligatoriedad de poner los medios suficientes para que los perros no se escapen o estén sueltos por la calle. Además de las multas, "el peligro es tanto para el perro como para la ciudadanía, ya que ponen en riesgo la circulación, pueden morder a alguien o hacer sus necesidades en la calle, pudiendo incrementar la cuantía de las multas".

Además, los dueños están obligados a tenerlos dados de alta en el registro del Concello y con microchip. La multa por no cumplir este deber es de 500 euros, mientras que el gasto de no poner el citado chip identificativo ronda los 50 euros. Dar de alta al animal en el registro municipal no tiene coste alguno.

Hace unos meses la Policía Local se vio obligada a presentar una denuncia contra una vecina de Beade cuyo perro se encontraba "suelto y molestando" en el camino da Pedra de esta parroquia. Los agentes, tras realizar varias averiguaciones, localizaron a la propietaria del perro, a la cual le hicieron entrega del animal y levantaron actas de denuncia por infracción de la Ley de protección y bienestar de animales de compañía, tanto por "no adoptar las medidas necesarias para impedir que el animal pueda acceder libremente a las vías o espacios públicos o privados", como por no tener identificado al animal con microchip. En este caso, al ser un animal peligroso, la multa por no llevar microchip puede ascender hasta los 5.000 euros.