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Alejandro Espada: "La automoción viguesa lo está haciendo bien, pero es hora de subir una velocidad"

"Hay una transformación brutal en el sector, evidente, quizá la mayor en cien años"

Alejandro Espada, en una presentación de "Faurecia Cockpit of the Future" en Japón. // FdV

"Paso a paso", como él dice, Alejandro Espada (Vigo, 1976) se ha convertido en uno de los primeros espadas de la multinacional francesa Faurecia en Asia. Este ingeniero industrial, hijo del primer rector de la UVigo y Valedor do Cidadán, Luis Espada, acaba de ser nombrado director general de la división de Interiores de Faurecia en Japón. Antes, desempeñó otras responsabilidades en el grupo en Ourense, Corea del Sur, China y Tailandia. Atiende a FARO desde su cuartel general en Yokohama.

- ¿Cómo llega un vigués a ser director general de Faurecia Interiores en Japón?

-Paso a paso. Es anecdótico, lo reconozco, pero echando la vista atrás, hace ya diez, once años que he venido aventurándome en los países asiáticos. Es una labor que se va creando paso a paso. Cuando me di cuenta ya me había asianizado, que no sé si es una palabra que existe en español. Dentro de la familia Faurecia ya formaba parte de un pequeño grupo que conocía muy bien Asia, que puede trabajar con ellos, que les entiende, que habla un poco sus idiomas? Me convertí queriéndolo o no en un elemento muy atractivo para utilizar en Asia cuando fuese necesario, y en mi caso es un poco lo que estaba buscando. Desde el principio de mi carrera en el automóvil sabía que Asia era el siguiente desafío, que iba a estar tirando del resto del mundo en estos años y me fui orientando hacia aquí. Ahora todo mi círculo de amistades está aquí.

- Ahora Japón, pero antes Corea del Sur, China, Tailandia?

-Corea fue el primer salto, y el más fuerte, directamente de Ourense a Seúl. Además fue un año, 2007, en el que Corea todavía estaba muy lejos de lo que es ahora. Todavía era un país muy desconocido. En China estuve periodos temporales de meses, estancias frecuentes pero breves? Luego volví a París y justo antes de Japón estuve en Tailandia, donde ya estaba llevando la cuenta de clientes japoneses en el país. De ahí mi conexión con Japón.

- ¿Qué es lo que más le puede sorprender a un vigués cuando llega a Japón?

-Tantas cosas? Los silencios. En su lenguaje hay un montón de detalles que pasan desapercibidos para nosotros, pero que son obvios para ellos. El occidental que llega y no ha descifrado ese código, lo que descubre es que hay mucho silencio. Lo que ocurre es que hay una comunicación por debajo de ese silencio que fluye y que lleva un tiempo aprender. Es una de las primeras cosas que descubres. La amabilidad, las sonrisas? La amabilidad con el extranjero es algo que llevan en su cultura y que me parece precioso y también muy sorprendente.

- ¿Ya es más de sushi que de jamón?

-[Risas] Si paso demasiado tiempo sin uno u otro, digamos que los echo de menos. Cuando me fui de España y Galicia, con muchas ganas porque tenía un apetito personal y profesional de descubrir el mundo y aprender, en ese momento lo tenía muy claro, pero a medida que han pasado los años he ido descubriendo el privilegio que tenemos de ser españoles y gallegos. La tierra que he dejado atrás, algún día he de encontrar la manera de volver a ella. Es una reflexión que hace diez años no te diría y a día de hoy sí empieza a apetecerme, es curioso. Me ha llevado años descubrirlo.

- ¿Vuelve a menudo?

-Tendríamos que definir qué es a menudo. Pero estoy yendo menos de una vez al año, lo que creo que es poco. Mi hermana vive en París, mis padres en Vigo? Por eso a veces elijo en una dirección o en otra. Al final la oportunidad de volver a Vigo está siendo escasa.

- ¿Qué se conoce en Japón de Vigo? ¿El Celta?

-Nos conocen por el Celta, no solo en Japón, también en Tailandia y en Corea. Era asombroso. No esperaba que nadie conociese Vigo y a menudo me decían "sí, sí, Celta de Vigo". Ellos mismos unían el nombre de la ciudad al Celta. Conocen también Santiago de Compostela, lógicamente, por el Camino de Santiago. El japonés es un amante del caminar, de la naturaleza? y a partir de ahí les puedo fijar Vigo sin problemas.

- ¿Sigue la actualidad del sector en Galicia?

-Lo sigo menos de lo que me gustaría, pero creo que Galicia lo está haciendo bien. Aprovecharon el empuje de PSA en su momento, la creación del CTAG? Iniciativas que han creado una red de innovación potente y hay proyectos, de los cuales estoy al corriente, sobre todo de autonomous driving, muy interesantes. Es el momento, y es una opinión muy personal, de pasar a una segunda velocidad. La estructura está ahí, los equipos también, es un privilegio lo que tenemos en Galicia, y ahora quizás falta una actitud políticamente más valiente y nutrir los ecosistemas de start-ups que están naciendo, que son empresas que si tienen el respaldo en el momento adecuado pueden salir de ahí proyectos interesantísimos. Insisto, están todos los ingredientes y ahora faltaría subir la velocidad.

- ¿Cómo ve el futuro de esta industria en general? ¿Vamos a tener todos automóviles autónomos y eléctricos?

-Sin ninguna duda. Una de las razones por las que me fui a Japón es porque es una de las localizaciones en las que Faurecia tiene un departamento de Cockpit of the Future, los interiores [del coche] del futuro. Es un departamento que se dedica exclusivamente a analizar los trends de futuro del automóvil, esta transformación que el automóvil está viviendo ahora y preparar a la empresa, tanto desde el punto de vista de desarrollo de las tecnologías como de las estrategias comerciales, ayudar a los clientes a comprender lo que pasa? Es un departamento interesantísimo con gente muy dispar. Hay uno en Silicon Valley, otro en París, por supuesto, otro en Shanghai, por razones obvias, porque muchos de los nuevos fabricantes de automóviles están en China; y el cuarto, en Yokohama. Fue mi primer punto de partida en Japón. Esto que te he contado es un poco para explicarte que he estado muy metido en el futuro del sector y te diría que sin duda hay una transformación brutal, evidente? Quizá la mayor sufrida en los últimos cien años. Hay muchas empresas que no van a sobrevivir. Faurecia lo está haciendo muy bien, se está anticipando mucho. El autonomous driving es alto que se va a imponer con mucha velocidad. Los vehículos eléctricos también, gracias a algunos actores como Tesla y otros, pero sobre todo porque el mercado lo está pidiendo, está hambriento de estas soluciones y tan pronto alguien se las ponga al alcance de la mano a un precio razonable?

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