"Lo mejor de Viza está por llegar". Visiblemente emocionado, el director general de Viza, Antonio Vega, confirmaba ayer en Porriño la firma de una operación que pondrá punto y final a una marca de culto en la automoción viguesa y un punto y seguido a la actividad de sus cinco fábricas y sus más de 1.200 trabajadores, aunque con otro dueño. Magna, el gigante canadiense que a punto estuvo de comprar Opel, acaba de llegar a un acuerdo con las familias propietarias del fabricante vigués de armaduras de asientos para la compra del 100% de la compañía -y su filial, Alymosa- con el objetivo de potenciar su división de sillería en Europa, como avanzó ayer este periódico en su edición digital. Aunque no se ha hecho público el importe, fuentes del sector no dudan al asegurar que es la mayor venta de un proveedor gallego hasta la fecha: Viza lleva desde 2015 facturando más de 100 millones de euros al año.

"Estoy orgulloso de lo que vamos a dejar para el futuro; es la mejor solución", reconocía Vega, que una vez las autoridades de Competencia de República Checa y Marruecos den su ok a la absorción de la compañía viguesa -en unos tres meses- dejará el cargo y será sustituido por el vicepresidente de Calidad y Compras de Magna Seating Europa, Rainer Behrens. Las negociaciones entre ambas compañías comenzaron hace meses y se mantuvieron en el más absoluto secreto para no influir en la cotización del gigante canadiense, que cuenta en Europa con doce fábricas de asientos pero solo una de armaduras -en República Checa-, por lo que la integración de Viza, con cinco fábricas (una en Porriño, dos en Tánger, una en la República Checa y otra en México) no tendrá repercusiones negativas ni con su actividad ni con la plantilla.

La canadiense Magna compra Viza

La canadiense Magna compra Viza

Tanto Vega como Behrens se encargaron de remarcar ese mensaje de tranquilidad a los trabajadores y al sector en general. "Hai unha incertidume lóxica porque pasamos dunha empresa familiar a unha gran multinacional, pero tamén tranquilidade porque as dúas compañías son complementarias", reconoció a FARO el presidente del comité de empresa, Xavi Lemos. Vega justificó la decisión de los actuales accionistas de desprenderse de la compañía por su necesidad de crecer en uno de los sectores más competitivos del mundo y dominado por las grandes multinacionales. De hecho, en el segmento en el que compite Viza, las armaduras de asientos y mecanismos, los grandes actores son gigantes de la talla de Faurecia (en en la Península tiene un gran centro en São João da Madeira), Johnson Controls (ahora con la marca Adient), Lear Corporation (que hace poco más de un año compró la división de asientos de Antolín, con planta en Valladares), y ahora, gracias a la firma viguesa, Magna Seating.

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Behrens explicó que para un fabricante integral de sillería es importante controlar todo el proceso, desde la producción de las armaduras que sostienen los asientos a los tejidos, espumas y su montaje final, y Magna, en el segmento de las armaduras, tenía un déficit que ahora cubrirá Viza. "Con Viza, creceremos más", razonó. Éste valoró la experiencia y la pericia del equipo de Porriño y la alianza en innovación con el Centro Tecnológico de la Automoción; y reconoció que Viza da Magna acceso a tecnologías que no tenía en armaduras, como la soldadura láser y procesos automatizados de montaje. Sobre el papel que jugará la central de Porriño a partir de ahora, Behrens aseguró que será un "centro de excelencia para el desarrollo de nuevos productos" de asientos y que él mismo tendrá ahí su cuartel general.

La división de asientos de Magna tiene 56 fábricas, 27.000 trabajadores y factura 4.700 millones de euros. La matriz, de origen canadiense, es el tercer mayor productor de componentes del mundo (factura más de 35.000 millones con 173.000 empleados) e incluso ensambla modelos para marcas premium como Mercedes-Benz.