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Los primeros deberes de Bueno: lanzar el todocamino, la furgoneta Toyota y el convenio

El próximo patrón de PSA-Vigo afronta en un año la industrialización de dos nuevos modelos, una dura negociación con los sindicatos y la innovación tecnológica 4.0 en la factoría

El zaragozano Ignacio Bueno, que asumirá el volante de la planta de Balaídos en enero, tendrá que afrontar en apenas un año importantes desafíos que pondrán a prueba su capacidad para adaptarse a la idiosincrasia viguesa y negociar. A nivel industrial, debe asegurar el correcto lanzamiento del nuevo todocamino V20 de Peugeot -del que se augura será un superventas-, cuyas primeras unidades ya han comenzado a montarse, y de una cuarta furgoneta para Toyota asociada al proyecto K9, como adelantó FARO. A estos dos nuevos vehículos se sumarán, apenas unos meses después, las versiones eléctricas de los K9.

A mayores, PSA-Vigo iniciará en breve la negociación del convenio colectivo en el que todos los sindicatos tienen su esperanza depositada para recuperar las cesiones realizadas durante la crisis y que se antoja no será fácil. Por si no fuera poco, la transformación de Balaídos en una fábrica 4.0 avanza imparable y Bueno tampoco puede perder de vista los ratios de competitividad de la planta frente a sus rivales, sobre todo ahora que Muñoz Codina se ha puesto al frente de Zaragoza.

| Lanzamientos en tiempo récord. La planta de Vigo, en cuanto a carga de trabajo, se encuentra en una posición privilegiada, con las furgonetas K9 (Citroën Berlingo, Peugeot Partner-Rifter y Opel Combo) ya en la calle cosechando éxitos y el todocamino V20, una cuarta furgoneta para Toyota y la versión eléctrica los K9, en la recámara.

En menos de un año, dos de estos nuevos proyectos, el V20 y el modelo de Toyota, deberán estar en la carretera, lo que obliga a trabajar bien y rápido. Las primeras unidades del V20 ya se están ensamblando en el taller conocido como el búnker, y las preseries en línea llegarán el próximo mes de mayo, antes de iniciar su subida en cadencia. El modelo Toyota, que se integrará en el programa K9 como una cuarta silueta, también tiene prevista su salida al mercado a finales del próximo año.

Completados ambos lanzamientos, la planta iniciará los trabajos para la versión eléctrica de las furgonetas K9, en los que Opel podría jugar un papel determinante, según ha podido saber este periódico. Con estos proyectos, y si el mercado acompaña y Bueno lo hace bien, PSA-Vigo tiene despejado su horizonte al menos hasta 2028.

| Negociación del nuevo convenio. La empresa y los sindicatos iniciarán a principios de 2019 la negociación del nuevo convenio colectivo (el anterior, 2014-2018, expira ahora). Las centrales sindicales, todas, ya se han apresurado a manifestar que aprovecharán la confección del nuevo texto para recuperar los derechos perdidos durante la crisis y que han permitido, como se ha comprobado a la postre, llenar la fábrica de coches al menos durante la próxima década.

El plan de competitividad firmado en 2014 por la mayoría del SIT-FSI incluyó ajustes salariales y de flexibilidad que ahora los representantes de los trabajadores quieren recuperar, ya que la situación de la planta y el grupo es diametralmente opuesta a la de hace cuatro años (cuando PSA quemabala friolera de 200 millones de euros de cash al mes).

Bueno tendrá que demostrar su capacidad de diálogo para conseguir un acuerdo que satisfaga a ambas partes: la plantilla, que se lo merece y es la auténtica protagonista de los éxitos de PSA-Vigo, y la empresa, que no puede perder de vista su competitividad.

| La transformación digital de la factoría. Bueno, como sus antecesores, Yann Martin y Frédéric Puech, tiene que apuntalar la apuesta de la factoría por las tecnologías asociadas a la Industria 4.0, y por impulsar el ecosistema de innovación que se ha generado en Vigo por la combinación de diferentes actores como el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG), el de las telecomunicaciones (Gradiant) y el del metal (Aimen); la aceleradora de start-ups del sector, la Business Factory Auto (BFA), y la política de colaboración en torno al Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga).

Los avances conseguidos hasta la fecha han permitido colocar a PSA-Vigo en cabeza en la introducción en planta de avances como los AGV, la visión artificial, los robots colaborativos, el Big-Data, la inteligencia artificial, la fabricación aditiva... y también en nuevos procesos, que luego el grupo replica en otras fábricas del dispositivo industrial.

| La ampliación del polígono de Balaídos. PSA-Vigo ha hecho durante años de un hándicap, como era su pequeño tamaño, virtud. Pero para una factoría que aspira a superar los 600.000 coches al año (al máximo de su capacidad industrial instalada) a partir de 2020, los apenas 700.000 metros cuadrados de terreno de Balaídos se quedan escasos. La ampliación del polígono es crucial, tanto para desahogar ciertos talleres de la fábrica como para que se instalen proveedores en cercanía, lo que contribuye a reducir los costes logísticos.

También abriría la puerta a captar nuevas inversiones dentro de propio grupo que ahora son impensables, como unidades de mecánica, etc., y todas las necesidades relacionadas con el coche eléctrico. Vigo cuenta con el único taller de montaje de baterías de ion-litio para coches eléctricos e híbridos del grupo.

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