-Según los datos de Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad) los ataques van en ascenso. Si 2017 ya se cerró con récord, ¿podría superarse la cifra en 2018?

-Es probable, pero también es debido a que aumenta el uso de la tecnología. Nosotros lo denominamos superficie de ataque: cuantos más servicios utilicemos, por más sitios pueden atacarnos. Y también influye que cada vez somos más conscientes y capaces de detectar esos ataques. Antes había muchísimos que pasaban desapercibidos para empresas o ciudadanos o que no se llegaban a denunciar. Y ahora ya es obligatorio notificar ciertas incidencias por parte de las compañías.

-¿Qué nota le pondría a las empresas y administraciones españoles en la protección de sus datos y, por tanto, de la información que tienen de nosotros?

-No voy a poner una nota porque implicaría una media que sería injusta en muchos casos y que en otros resultaría demasiado alta. En el caso de la Administración gallega, el nivel de implicación y conocimiento es muy alto. Pero a lo mejor otras tendrían que mejorar. Y con las empresas pasa lo mismo. Bancos y compañías de seguros invierten mucho y quizá las que tienen que concienciarse más sean las pymes. La seguridad tiene que verse como una inversión.