La saturación asistencial en los centros de salud del área sanitaria de Vigo que ha provocado la dimisión de más del 80% de los jefes de servicio no se reduce a las consultas médicas. El personal de enfermería y administración de estos centros también se encuentra en una situación límite que, como han denunciado los dimisionarios, pagan en última instancia los pacientes. La falta de personal y el hecho de que, como advierten profesionales sanitarios consultados por FARO, no se cubran el 100% de las bajas, está provocando la estampa que se puede ver a diario en centros de salud como el de La Doblada, el de calle Cuba o el de Bembrive, entre muchos otros: salas de espera a rebosar de pacientes, colas interminables para pedir cita en los mostradores y malestar entre los propios enfermos.

"El tsunami geriátrico nos está arrasando. No estamos preparados para atender a tantas personas mayores, que presentan múltiples patologías. Si además no se cubren todas las bajas y los permisos, pues pasa lo que estamos viendo", explica el coordinador de enfermería de La Doblada, Arturo Regueira. Un enfermero puede tener un cupo de pacientes de entre 1.300 y 2.000. Su trabajo diario se complica teniendo en cuenta que realizan varios desplazamientos a los domicilios y pueden tardar hasta media hora en llegar a la vivienda de la persona enferma. Todo ello, unido a que hay pacientes que necesitan curas que pueden llevar más de 40 minutos, provoca que haya múltiples retrasos en las citas.

Al igual que los médicos, el personal de enfermería denuncia que mucho material con el que trabajan está completamente obsoleto. Por ejemplo, en algunos centros de salud las camillas no son regulables, lo que provoca serios problemas a pacientes que tienen algún tipo de discapacidad física. "En esos casos pasa lo de siempre. Para ellos la culpa la tenemos nosotros, el personal que trabaja aquí, no los responsables del Sergas. Quienes aguantamos las broncas de los afectados somos nosotros", explica el personal de enfermería de La Doblada.

Los administrativos sanitarios, por su parte, están viviendo una situación parecida. "Las condiciones de trabajo son cada vez más agobiantes. Cada día tenemos menos medios. Y si cada vez hay menos médicos y menos pediatras, eso también nos repercute a nosotros", asegura un responsable de administración de Atención Primaria del área sanitaria de Vigo, que prefiere no revelar su nombre.

Este empleado explica que hay médicos en los principales centros de salud de la ciudad con listas de espera de hasta 10 días. Para análisis ordinario, la espera puede ser de hasta dos semanas. Esto, unido a la enorme demora para solicitar cita en las especialidades hospitalarias, provoca que los pacientes culpen al personal administrativo y de información de los centros de salud. En Navia, La Doblada, Lavadores, Pintor Colmeiro o Nicolás Peña hay decenas de reclamaciones por las demoras en la derivación a la atención hospitalaria.

"Cada día que vengo nos atiende un médico distinto. A mí me gusta que me atienda mi médico, que es quien me conoce", se lamenta una paciente.

De lo que no hay dudas es que todo el personal sanitario, desde enfermeros hasta administrativos y auxiliares, apoyan la dimisión presentada por los jefes de servicio del área sanitaria de Vigo. "Es una medida de apoyo al resto de compañeros. Ahora es el Sergas el que tendrá que encargarse de dirigir esto para que no afecte a la organización del día a día, explica el personal de uno de los centros de salud que se han quedado sin jefe de servicio. El desconcierto entre los trabajadores es general.