La apuesta de Vigo por una Navidad iluminada con más de nueve millones de bombillas led presentes en 300 calles ha sido todo un éxito avalado por el crecimiento del empleo en la ciudad y un puente de la Constitución cerrado con récord de visitantes. Debido a la gran afluencia de turistas fue necesario el refuerzo de los trenes y autobuses y las navieras del servicio de Ría se vieron obligadas a multiplicar sus rutas.

Una de las paradas preferidas por los más pequeños es el tiovivo de Porta do Sol, ubicado justo a los pies del gran árbol que preside la zona llenándolo todo de color y música. Los tickets para poder subir son gestionados por Vanesa Castillo, una venezolana afincada desde hace años en Vigo. "Ayudo a los pequeños a subir al carrusel, les doy información sobre el alumbrado y cojo las fichas. Me gusta ver la Navidad desde la taquilla, ya que es una posición privilegiada", afirma. Castillo tiene experiencia con niños pero es su primera vez al frente de una atracción. A poca distancia, en la calle Príncipe, Moncho pasa sus días vestido del icónico Mickey Mouse haciendo globoflexia y bailes para las familias que pasen por la zona. "Hago diferentes figuras con globos y recibo por ellas la voluntad. Es ideal trabajar entre luces", comenta. Lleva 23 años seguidos trabajando como animador en Príncipe, una labor a la que dedica unas nueve horas diarias y en la que cambia de personaje según la época del año. "Empecé como mimo, luego hice de payaso y también de Fofó", enumera.

Vanesa - Taquilla tiovivo

"El carrusel hace que las luces sean más divertidas para los más pequeños"

Moncho - Mickey Mouse

"Reparto globos a la voluntad y pongo música para bailar y celebrar la Navidad"

Cerca de la megabola de Urzáiz está ubicada la casa de Papá Noel, fácilmente identificable por las interminables colas de niños que esperan ansiosos para poder pedir sus regalos. Tras una gran barba blanca, unas gafas y un gorro rojo, se esconde Santiago. El vigués ejerce de este famoso personaje navideño por segunda vez y apunta que cada día puede llegar a atender a más de 1.100 niños. "El año pasado un chico me pidió un elefante y por ahora los deseos más curiosos son la paz mundial y una espada de verdad. Las reacciones de los niños son variadas, se mueven entre la alegría total y el llanto desconsolado", reconoce entre risas. Raquel y Marta son sus fieles ayudantes, que le acompañan vestidas de elfos. "Controlamos las puertas, la cantidad de visitantes que vienen al día y aclaramos dudas sobre horarios. Lo más gratifican es ver las caras de los más pequeños con Papá Noel", aseguran.

Santiago - Papá Noel

"Escucho los deseos de los más de 1.100 niños diarios que me visitan"

Una de las más longevas de la campaña navideña es Elsa Ramos, la castañera de Urzáiz, que lleva más de 30 años con el negocio al que llegó por tradición familiar, ya que sus abuelas también vendían castañas. "A la gente de Vigo le gustan mucho las castañas y son muy compradores. Tengo dos máquinas porque en un solo día he llegado a vender nueve sacos de 30 kilos", explica. Ramos tiene dos ayudantes que vigilan que no haya insectos en las castañas y admite que muchos vigueses ya le saludan porque ella ya es como parte de las familias en Navidad. "Estaré aquí hasta el 30 de diciembre si no se acaban las buenas castañas antes", advierte.

Entre los empleos nuevos creados en diciembre destaca el de conductor del Nadalbus, una tarea de la que se encarga Raúl Vila, empleado de Vitrasa. "Es un trabajo muy agradecido y un privilegio ver las luces así. La única diferencia con mi autobús de siempre es que con este hago una única parada", dice, a la vez que hace hincapié en el éxito de la iniciativa, ya que el servicio amplió su horario durante los fines de semana.