El gimnasio más pequeño del mundo tiene sello vigués. La empresa Micaton, que revolucionó el mercado hace unos años con sus anillos magnéticos para destornilladores, se ha aliado con ingenieros de la Escuela de Industriales para crear una máquina de entrenamiento que se puede trasportar en una mochila, pesa menos de 1 kilo, y permite realizar más de 200 ejercicios en casa, en un hotel o al aire libre. Es la de menor tamaño en el mercado y también la más barata, costará unos 250 euros frente a los 5.000 dólares que cuestan dispositivos similares con muchas menos prestaciones.

Handy Gym se presentó esta mañana en el Círculo de Empresarios de Galicia y contó con la presencia de su presidenta, Patricia García, y de la deportista Chus Lago, embajadora de la herramienta, a la que auguró un gran éxito por sus elevadas funcionalidades tanto para profesionales como para cualquier persona interesada en practicar ejercicio físico.

Según explicó Manuel Montes, consejero de Micaton, la empresa aspira a conseguir un millón de dólares en preventa a través de la plataforma Kickstarter en el plazo de un mes y alcanzar a lo largo de 2019 unas ventas de 2 millones de dólares. "Nuestro objetivo es democratizar el acceso a la tecnología inercial que ya utilizan clubes de primera división en todo el mundo y tenistas de élite. Estamos estudiando una alianza con uno de los principales operadores con base en San Francisco para comercializarlo", destacó en la presentación.

La fabricación de las piezas que integran Handy Gym, cuyo equipo de ingenieros completan Michael W. Pérez y Luis Vaamonde Cotón, tendrá lugar en empresas de la automoción gallegas y también de Asia.

Handy Gym, el gimnasio más pequeño del mundo

Handy Gym, el gimnasio más pequeño del mundo

Así es el Handy Gym, el gimnasio portátil creado en Vigo // H.G.

La herramienta multiplica por 150 el peso de los elementos utilizados por el usuario y que se clasifican en tres colores según su nivel y capacidad. Marcos Chantada, entrenador y director del centro Coliseum, que también ha participado en su diseño, realizó una demostración de su funcionamiento, similar al de unas mancuernas con cintas y poleas, pero con muchas más aplicaciones y mayor eficacia a la hora de conseguir resultados. Además la empresa también ha creado una aplicación con más de 200 ejercicios: sentadillas, fortalecimiento de bíceps, pecho, espalda e incluso ejercicio de remo. Y gracias a sensores, los usuarios reciben en su móvil en tiempo real información sobre el ejercicio que están realizando.

Al contrario que ocurre con las pesas normales, los usuarios de Handy Gym realizan esfuerzo físico al extender y recoger la herramienta. Y, en caso de cualquier contratiempo, solo tienen que soltarla sin ningún peligro para su seguridad.

La herramienta nació como un dispositivo que facilitase la práctica de ejercicio físico a personas con parkinson y, gracias a la aportación de los ingenieros de la UVigo Enrique Paz y Ana Mejías, el proyecto fue creciendo hasta su dimensión actual. Manuel Montes animó a los emprendedores a buscar el apoyo de los expertos de la Universidad para obtener "resultados fantásticos".

Mejías destacó que la iniciativa contribuye a dar visibilidad a la Universidade de Vigo y calificó de "apasionante" hacer transferencia que llegue de forma tan directa al consumidor final. Paz, por su parte, subrayó el papel clave de la impresión 3D en el proyecto: "Esta tecnología ha abierto un campo espectacular y nos ha permitido fabricar los prototipos para avanzar en el proceso".