Iban a una boda a Florencia y la compañía con la que volaron, Iberia, extravió la maleta. La recuperaron cuatro días más tarde, por lo que no les quedó más remedio que comprar ropa en Italia para el enlace. El juez les reconoció una indemnización de 530 euros, daño moral incluido. Otra pasajera se topó con un cúmulo de incidencias en su viaje a La Habana con Cubana de Aviación. Tardó días en llegar a su destino, lo que le causó una situación de "aburrimiento y enojo" que superó la "mera molestia" para "entrar de lleno en una afección psíquica". El magistrado condenó a la aerolínea a abonarle 1.050 euros. Un matrimonio, mientras, se vio afectado, de regreso de Atenas, por "overbooking" en un avión de Vueling. Llegaron a Vigo con 14 horas de retraso y el hombre perdió un día de trabajo que la empresa le descontó de sus vacaciones. La compañía tuvo que compensarles con 1.000 euros.
Los tres casos que se acaban de exponer son reales. Protagonizan sentencias del Juzgado Mercantil de Vigo. Unas resoluciones que ya forman parte del trabajo diario del juez, porque las demandas en materia de transporte, especialmente las que se presentan contra aerolíneas por cancelaciones y retrasos de vuelos o pérdida de maletas, se han consolidado, sin duda, como el pleito estrella del tribunal. Y es que estos asuntos se han disparado. Son los más habituales, por encima de los de derechos de autor de la SGAE. Las estadísticas dan buena fe de ello: los litigios se han más que duplicado en solo cinco años, al pasar de los 91 de todo el 2014 a los algo más de 220 que ya se registraron en lo que va de 2018. Un espectacular incremento del 140%.
Es cierto que este 2018 ha sido especialmente caótico en el sector aéreo, de la mano de las huelgas de la compañía de bajo coste Ryanair, en fechas como Semana Santa y verano, o por lo ocurrido en Vigo con la desconexión del sistema antiniebla ILS en el aeropuerto de Peinador, que afectó a miles de personas. Pero éstas no son las únicas razones del aumento de asuntos. "La gente está más informada; sabe que se puede reclamar judicialmente y, sobre todo, que son muchos los casos en los que se da la razón a los viajeros", resumen fuentes judiciales sobre el escenario actual.
Muchas compañías
Ryanair o Iberia son dos de las aerolíneas contra las que más se pleitea. Pero los litigios también se dirigen a Air Europa, TAP o más excepcionalmente contra compañías como la rusa Aeroflot, la francesa Aigle Azur, Sata Internacional -Azores-, Air Arabia o Alitalia. Muchos casos acaban con acuerdo. Y, en los que se opone la demandada, en un alto porcentaje el magistrado da la razón a los pasajeros afectados.
Las cuantías que se reclaman no suelen ser altas. Rondan los 250 euros, cantidad que el juzgado suele imponer en casos básicos de retrasos de vuelos que superen las tres horas, achacables a circunstancias que estaban bajo "la responsabilidad y control" de la compañía. En otras ocasiones las indemnizaciones son más elevadas, sobre todo si hay daño moral. El juez se lo reconoció por ejemplo a una pasajera que voló de Vigo a Londres y que estuvo dos días sin maleta. La sentencia valoró que el daño moral estaba " justificado", ya que la mujer empleó parte de su tiempo de vacaciones "en la compra de artículos necesarios para la vida ordinaria" por verse privada de su equipaje.
Son los menos, pero también hay fallos desestimatorios. Como uno de septiembre por retrasos en un vuelo de Iberia desde Roma. La demora se debió a que un pasajero "se mostró indispuesto", lo que supuso una circunstancia "extraordinaria" y "ajena a la compañía" que no estaba bajo su control. O otra sentencia por la cancelación de un avión también en Italia. La compañía no fue responsable. La incidencia derivó de las "lluvias extraordinarias" que sumieron a la capital del país en un caos. Incluso hubo, destaca el juez vigués, "severas inundaciones".
