Fueron unas vacaciones especiales. "Era el regalo de cumpleaños a mi suegra y su hermana gemela, cumplían 60 años", relata el vigués Dany A. Tarazona. Él y 11 adultos más, con cuatro niños, se fueron la pasada Semana Santa a Francia. A Carcassone, bonito enclave medieval, aprovechando el vuelo que Ryanair tiene desde Oporto (Portugal). El viaje de ida, el 28 de marzo, transcurrió bien. Y estancia fue perfecta. "Vimos sitios impresionantes", describe. Pero la vuelta, el 1 de abril, puso la nota agridulce. El avión fue cancelado por huelga y tuvieron que "buscarse la vida" para volver a Vigo. La llegada prevista para la tarde de aquel domingo se retrasó, por el cúmulo de incidencias, hasta la noche del lunes.

Esta familia presentó demanda judicial contra Ryanair. Piden 4.966 euros: 3.750 como compensación y 1.216 por gastos de transporte, comida y alojamiento derivados del retraso, en los que no se incluyen 731 que les pagó la aerolínea. La cancelación fue por el paro de tripulantes de cabina de la compañía en Portugal.

El letrado que representa a estos vigueses, Carlos G. Reverter, del despacho Hebra Red de Abogados, dice que pese a "conocer" la huelga con antelación, la aerolínea no informó de la cancelación hasta "el día del vuelo". La única alternativa que dio fue volar al día siguiente desde otra urbe ubicada a más de 100 kilómetros, Toulouse, en un avión destino Madrid, sin ofrecer "comida" ni "alojamiento" para esa noche.

La familia cuenta que la vuelta desde Francia fue una "odisea". Tuvieron que alquilar coches en Carcassone para ir a Toulouse y buscar sobre la marcha hotel donde dormir "los 16" . Y en Madrid, donde aterrizó el vuelo, volver a conseguir vehículos para ir a Vigo. Algunos aún tuvieron que ir a Oporto, donde tenían sus coches. "Volar con Ryanair es barato, es cierto; pero si pasa algo te quedas tiradísimo; y si viajas con niños, como nosotros, eso es preocupante", resume Dany.