La Constitución ratificada un día como hoy de hace justo 40 años permitió a España favorecerse -reflexiona Fernando Iglesias, asesor comercial nacido en 1978- de un "cambio radical". "La percepción de libertad que dio fue muy grande", recuerda.

En un momento en el se mantiene abierto el debate sobre la modificación de la Carta Magna, Iglesias destaca que "el problema no está en la Constitución, sino en los partidos políticos, que no saben interpretarla ni aplicarla". A modo de ejemplo, destaca los constantes cambios en los modelos educativos, que han variado a lo largo de las últimas décadas con cada nuevo cambio de gobierno. Sobre la reforma de la Ley de Leyes aboga por que, "en caso de que haya que acometerla, todos tengan que decir algo. No puede hacerse para unos pocos".

Al igual que muchos de sus compañeros de generación nacidos en 1978, Alberto Bastos, trabajador de la Autoridad Portuaria, siente de una forma especial ser coetáneo de la Carta Magna. "Es un año que no se olvida", comenta.

Bastos destaca la ruptura del modelo bipartito que durante años imperó en la política española a nivel estatal. "Muchas ciudades e instituciones se han abierto al pluralismo político. Me parece muy positivo. Tener que llegar a acuerdos y que los partidos tengan que entenderse resulta positivo. Antes, con las mayorías absolutas se sacaban las cosas porque sí, ahora es necesario negociarlas".

Lo que lamenta es la merma del compromiso social. "Hoy cada uno se preocupa más de lo suyo en vez de tener un concepto más global de la sociedad", reflexiona.