El Tinglado del Puerto no volverá a acoger más exposiciones. Hace dos años que la Autoridad Portuaria venía dedicando el ala oeste de este edificio a la celebración de muestras como la última este mayo sobre el almirante Blas de Lezo o la que permaneció abierta entre diciembre de 2017 y el marzo siguiente protagonizada por Leonardo da Vinci. Con este uso cultural sacaba rendimiento a un espacio por el que, pese a ofrecerlo de manera insistente a las empresas, ninguna mostró el más mínimo interés. Sin embargo, al ámbito que permaneció todo este tiempo lóbrego le sobran ahora potenciales inquilinos, una demanda que anima al Puerto a licitar de manera inminente la reforma de los 1.500 m2 todavía libres para concesionarlos a empresas de la náutica recreativa y operadores de mercancías.
Desde que el presidente Enrique López Veiga rescató esta edificación del olvido al que parecía abocada por la paralización municipal al proyecto impulsado por sus predecesores en Praza da Estrela, la ocupación de ambos extremos de la inconclusa segunda terminal de cruceros ubicada en el hall central ha supuesto un quebradero de cabeza. El dirigente aprovechaba cada comparecencia pública para enfatizar la disponibilidad de esta superficie puesto que su carencia era la queja que más escuchaba a las empresas, en especial, a los operadores de mercancía general. No se cansó de esperar pero entretanto potenciaba la vertiente cultural del edificio como sala de exposiciones, para reducir los riesgos de una inversión fallida optó por un acondicionamiento por fases.
Así fue como con el pretexto de conceder unas nuevas dependencias a la Guardia Civil, adjudicó en 700.000 euros el acondicionamiento del ala este, el lateral orientado hacia el Areal. De los 2.500 m2 que abarcó esta actuación, los 700 m2 repartidos en dos alturas se habilitaron como cuartel de la Benemérita; y las obras en los 1.500 m2 restantes se destinaron a convertirlas en un almacén. Este ámbito permaneció hasta que a principios de este año. "Desde entonces está al máximo de ocupación", indican desde el Puerto sobre un despertar de la demanda en el influyó un cambio en la modalidad del canon.
A diferencia de lo ocurrido con la primera, la segunda fase del acondicionamiento del Tinglado se iniciará teniendo ya de partida candidatos a ocuparla las superficies. Desde la Autoridad Portuaria aseguraron ayer que ya no serán 1.800 m2 el ámbito a reformar al haber asignado ya una pequeña parte de este espacio. En concreto, 175 m2 sobre los que ya está ejecutando obras su concesionario, Alberto García Villar, con uso autorizado para actividades complementarias de la náutica recreativa. En paralelo, también Sailway, una empresa especializada en chárter náutico con su flota de veleros amarrada en A Laxe, ha confirmado su disposición a hacerse con otros 225 m2-
"Hay demanda para guardar mercancía general por lo que licitaremos pronto la reforma para que no se escapen estos operadores", avanzó López Veiga sin ocultar su satisfacción al comprobar que, a pesar del tiempo transcurrido, "se cumple nuestro objetivo" en referencia al destinar la edificación a la actividad portuaria "cumpliendo fielmente con lo estipulado en el Plan de Usos", precisa el presidente. Y aunque se reafirma en su decisión sobre las exposiciones en el Tinglado, "se acabaron", no descarta emplear puntualmente para fines culturales la sala central de la terminal de cruceros
