A Gonzalo de Vigo le queda muy poco tiempo como figura solitaria en el jardín de Portocultura. El escultor José Molares, autor de la recreación del "Robinsón gallego" reconocido como valioso intérprete de las lenguas indígenas durante la colonización de las islas del Pacífico, ultima estos días otro encargo de la Autoridad Portuaria para ubicar en el mismo emplazamiento humanizado los bustos sobre un monolito de otros dos personajes históricos: los navegantes Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano.

Hace justo un año que Gonzalo de Vigo preside la superficie de 3.600 m2 ajardinada frente al flamante edificio de oficinas portuarias. Con esta estatua de bronce el presidente Enrique López Veiga descubrió a los vigueses a un misterioso personaje que por su destreza en el dominio de los idiomas de los indios se convirtió en una pieza clave en las conquistas españolas y hasta en un pacificador que con su intermediación evitó batallas que probablemente perderían las tropas de un país, el suyo que paradójicamente llegó a acusarlo de "desertor y traidor".

De los nuevos "compañeros" con los que contará pronto De Vigo en Portocultura se sabe bastante más y quizá por ello -y otras discrepancias con el mérito que se concede a cada uno en los anales de la navegación española-, el presidente del Puerto ha querido que su protagonismo en este espacio tenga una dimensión menor. Y no solo eso. Justo debajo del relieve en bronce de los bustos de Magallanes y Elcano, en este mismo lateral del monolito se leerán los nombres de 14 tripulantes gallegos. Hombres que como Gonzalo participaron en aquella expedición que inició Magallanes desde Sanlúcar de Barrameda en 1519 y que gracias a que Elcano la concluyó tres años después al mando de la nao Victoria figura para orgullo de la Armada española como la primera circunnavegación de la Tierra.

"El presidente quería resaltar la locura que fue aquella expedición, por lo que se incluye una mapa y un texto explicativo; y también quiso reflejar bien a quienes la protagonizaron, que además de los dos navegantes más ilustres estaban ese grupo de gallegos que dejó la vida en aquella misión", justifica Molares, quien se reconoce contagiado por la temática tras este segundo trabajo para el Puerto durante la etapa de López Veiga.

En conjunto, el monolito para Portocultura mide 2,40 metros de alto, 1,20 de ancho y 50 centímetros de fondo. Su autor aborda ahora el último proceso, con la fundición en bronce de los "escudos" donde se recrean los retratos de Magallanes y Elcano. El Puerto todavía no ha decidido si celebrará algún acto institucional con motivo del descubrimiento de esta pieza en el jardín. Solo asegura que estará colocada antes de finalizar el año.

Sobre estas fechas precisamente se espera la visita a Praza da Estrela de la de la nueva presidenta de Puertos del Estado, Ornella Chacón. Presencia que Veiga podría aprovechar para organizar esa inauguración de Portocultura que muy a su pesar quedó pendiente en los últimos meses de José Llorca al frente del organismo portuaria nacional.