Bouzas se coloca de primera opción en un nuevo contrato para exportar coches fabricados por Volkswagen Portugal, esta vez, con destino Italia. Por la huelga de estibadores en Setúbal que desde hace un mes bloquea su producción, Autoeuropa -nombre de la planta de la marca alemana en la localidad lusa de Palmela- inició esta semana el envío por Vigo de vehículos al Reino Unido dentro de una nueva escala semanal de la naviera EML. Esta tanda de unidades de "volante inglés" representa solo una pequeña parte de las 10.000 que según medios lusos tiene paradas a consecuencia de las movilizaciones laborales. Pero ahora este ingente stock podría incrementarse tras fracasar el viernes la reunión entre sindicatos y empresas del puerto luso, el verdadero motivo que ha llevado a los operadores logísticos de la factoría a barajar el aumento de la exportación a través de la terminal viguesa.

De cantidad todavía por determinar, en principio se trataría de embarques hacia puertos italianos, con los que Bouzas está conectado por medio de varias rutas. Fuentes viguesas al tanto de las conversaciones con Autoeuropa indican que tendría una frecuencia semanal, como ocurre con los coches que zarpan de Vigo hacia Inglaterra, aunque a diferencia de estos, solo se cargarían los modelos de la marca Volkswagen, T-Roc y Sharan, y no el Alhambra de Seat. Aun sin cerrar, prueba de lo avanzado que está el contrato apuntan que los barcos encargados de transportarlos hasta Italia pertenecerán a la naviera griega Neptune Lines, una de las habituales en los muelles Ro-Ro olívicos.

En la factoría de Palmela la desesperación es total. Y no es para menos, teniendo en cuenta que el escenario portuario en el país vecino pinta mal. Las movilizaciones en protesta por la precariedad laboral ya no son puntuales, van camino de cumplir el mes de duración y pese a tener su epicentro en Setúbal amenazan con extenderse a los principales muelles del territorio nacional. A esto hay que sumar el riesgo de que por esa arraigada solidaridad de la que presume el sector de la estiba, los compañeros del resto de los puertos acaben secundando las huelgas derivando la situación en el bloqueo al transporte marítimo de mercancías en todo Portugal. Para colmo, las esperanzas de que el conflicto tenía los días contados se frustraron este viernes.

La maratoniana reunión negociadora que con la intermediación del Ministerio do Mar sentó por fin en la misma mesa al convocante de las protestas, SEAL (Sindicato dos Estivadores e da Actividade Logística), con la Empresa de Trabajo Temporal (ETT) Operestiva -perteneciente al grupo turco concesionaria del muelle, Yildrim-, terminó sin acuerdo y con las posturas entre ambas partes más distanciadas que al inicio de los paros, el pasado 6 de noviembre. Y como era de esperar, los reproches, en particular los del flanco empresarial, fueron especialmente duros. En un comunicado, Operestiva acusó a los portavoces del SEAL de poner en peligro la propia viabilidad del puerto de Setúbal. La empresa estima que para la semana se perderán un 70% de los movimientos de carga con la consiguiente "fuga de clientes para los puertos españoles".

"Fuga de clientes a España"

Como ha venido publicando FARO en el último mes, Vigo es, por delante de Santander, la terminal española mejor colocada para dar salida a los tráficos afectados por las huelgas en el puerto ubicado al sur de Lisboa. Y las negociaciones que arrancaron con la exigencia de discreción ahora ya los exportadores lusos revelan abiertamente en su país que "Vigo están ganando cuota a Portugal". Tráficos que aunque captados por una problemática coyuntural, de duración supeditada a la continuidad de las huelgas, las tarifas ofrecidas por los operadores de Bouzas se diseñan pensando en consolidar al cliente. Y es que pesa el precedente de la ruta directa de Hapag-Lloyd a Canadá, que empezó en Guixar por una huelga en Lisboa, y continúa desde entonces.

Con la exportación de los coches hacia el Reino Unido ya en marcha y la negociada en la actualidad rumbo a Italia, Volkswagen será incapaz de aliviar el desorbitado estocaje de coches que acumula su planta de Palmela solo echando mano de Vigo o Santander, el otro puerto español que está captando sus tráficos, además del que tiene más cerca, el portugués de Leixões. Las últimas cifras divulgadas por la prensa lusa hablan de 10.000 vehículos acumulados cuando esta semana apenas pudo dar salida a un millar por su puerto natural, donde solo operó un barco que acabó zarpando con la operación sin concluir pese a la intervención de la policía. Y a la factoría ya no le queda más espacio donde aparcar tanto coche. Tanto es así que ha tenido que recurrir a espacios alternativos. Pagará 120.000 euros a la Fuerza Aérea por usar durante 93 días su base de Montijo.