Balaídos lo ha vuelto a hacer. El Grupo PSA y la corporación automovilística japonesa Toyota confirmaron ayer lo avanzado por FARO hace una semana: la planta de Vigo fabricará desde finales del próximo año una cuarta furgoneta con la enseña nipona en el marco del proyecto K9. Esta atribución apuntala todavía más la producción del centro gallego de 2020 en adelante con al menos 30.000 unidades más al año, y convierte a Balaídos en la factoría del consorcio galo en todo el mundo que más marcas fabrica: Peugeot, Citroën, Opel/Vauxhall y Toyota. Sindicatos y proveedores coinciden en que la adjudicación traerá más empleo al conjunto del sector y que a la vez abre la puerta a mercados a los que las marcas de PSA (Peugeot, Citroën, DS y Opel) ahora no llegan. También será la primera vez que la factoría gallega fabrique vehículos para una marca ajena al grupo.

La apuesta por Vigo no es casual. Toyota quiere reforzar sus ventas en el segmento de los vehículos comerciales ligeros y Balaídos es un referente en este tipo de automóviles prácticamente desde su creación, y lo es más desde el lanzamiento del proyecto K9, lo que le ha valido el premio "Van of the Year 2018". La corporación nipona avanzó que participará en el desarrollo y asumirá los costes que supone abrir el proyecto K9 a una nueva marca, y que las primeras unidades estarán ya en producción a finales del próximo año, por lo que será una operación rápida. Fuentes sindicales de Vigo calculan que más del 95% de los componentes, instalaciones y la arquitectura del vehículo serán los mismos que con el K9, lo que agiliza la adaptación. Cambiarán sobre todo los elementos estéticos (parachoques, interiores, etc.).

Tampoco será la primera vez que PSA y Toyota colaboren en la producción de un vehículo comercial. Lo hacen en Francia, en la planta norteña de SevelNord, donde PSA fabrica los modelos Citroën Jumpy, Peugeot Expert y Toyota Proace (y sus versiones turismo), un proyecto conocido en interno como K-zéro y por el que Balaídos peleó en 2012, como avanzó FARO en exclusiva en aquel entonces. Esta colaboración sigue hoy vigente y Toyota está muy satisfecha con el resultado. La asignación a Vigo de un modelo de menores dimensiones que el Proace supone un paso más en esta confianza entre multinacionales. "Abrimos un nuevo capítulo en nuestra exitosa asociación, basada en una relación de confianza para la mejor ventaja de nuestros clientes y nuestras compañías", dijo ayer el presidente del Grupo PSA, Carlos Tavares.

La asociación a la que se refiere el patrón cambiará también en la República Checa, donde PSA y Toyota gestionan desde 2002 una joint-venture (Toyota Peugeot Citroën Automobile Czech, TPCA) en la planta de Kolin para la fabricación de pequeños turismos como los Toyota Aygo, Peugeot 107 y Citroën C1. Ambos grupos confirmaron ayer que en 2021 Toyota tomará el control del 100% de la sociedad -y por ende, de la planta-, que de todas formas seguirá fabricando los modelos de PSA hasta su fin de serie. Una pieza por otra.

Fuentes del sector reconocen que la decisión de la multinacional francesa encaja con la estrategia de Tavares, que es centrarse solo en aquellos modelos que aseguren un retorno económico suficiente -los modelos más pequeños son siempre los menos rentables-, y recuerdan que tras la absorción del fabricante alemán Opel, a PSA le sobra dispositivo industrial.

Para los sindicatos que integran el comité de empresa, el anuncio de esta cuarta furgoneta demuestra una vez más la apuesta del Grupo PSA por Vigo, y aseguran que hay capacidad suficiente en el Sistema 2 para asumir esta producción extra, que calculan en entre 20.000 y 30.000 unidades más al año, ampliando el horario del turno de noche -que no está trabajando las 8 horas completas- y poniendo los medios -y el personal- necesarios para subir la cadencia, que aún no está al nivel de las anteriores furgonetas Berlingo y Partner (proyecto B9).

Esta versión Toyota del K9 se ensamblará en el Sistema 2, sobre la plataforma modular EMP2, compartiendo línea con los monovolúmenes Citroën C4 Picasso y Grand C4 Picasso, cuyo fin de serie se podría alargar incluso hasta 2023, salvo imprevistos. PSA también tiene la baza de Mangualde, la planta lusa que comparte los K9 con Balaídos (solo las versiones Peugeot y Citroën), que en último caso podría asumir mayor producción en el caso de que Vigo llegase a su tope con Toyota.

Los fabricantes de componentes instalados en Galicia también mostraron ayer su alegría por la noticia adelantada por FARO. No solo ya por el impacto en las producciones (todos aquellos proveedores que se adjudicaron referencias del K9 verán incrementado su trabajo a finales del próximo año) y el empleo -no hay estimaciones oficiales, pero entre los K9 y el V20 podrían crearse más de 1.500 puestos de trabajo entre PSA y proveedores-- sino por las posibilidades que abre una alianza con una multinacional como Toyota, tanto en nuevos mercados a los que ahora no llegan las marcas del Grupo PSA (Peugeot, Citroën, Opel y DS), como en nuevas tecnologías de propulsión. Recuerdan, por ejemplo, que Toyota lanzó los primeros vehículos híbridos gasolina de la historia y que toda su gama de turismos está disponible con este tipo de motorización, por lo que no descartan que a la vez que habrá K9 (Berlingo, Partner y Combo) eléctricos, también pueda colarse, de la mano de Toyota, una versión híbrida.

Objetivo: una planta al 100%

Lo seguro es que Tavares verá cumplida su principal ambición en Balaídos: saturar la planta. Esto significa aprovechar el 100% de su capacidad instalada, con producciones muy por encima de los 500.000 vehículos al año -si el mercado y la economía acompañan- mejorando así su rentabilidad económica. El propio Tavares, en una reunión con el comité de empresa europeo el pasado junio, dejó entrever a los sindicatos de Vigo que otro modelo se estaba cociendo para Vigo cuando estos le preguntaron por los problemas de desequilibrio a día de hoy entre las líneas, como también recogió este periódico en exclusiva. Si sale como está previsto, la factoría gallega trabajará a partir de 2020 prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana, recuperando el escenario anterior a la crisis, cuando Vigo alcanzó su récord histórico de producción: 547.000 coches (2007).

Y lo hará con dos proyectos estrella del Grupo PSA: en la línea 2, con la plataforma EMP2, el K9, ampliado ahora con una cuarta silueta de Toyota; y en el Sistema 1, con la plataforma CMP, el V20 (P24), un todocamino Peugeot cuyas primeras unidades ya han comenzado a montarse, con versión eléctrica, y del que se espera la friolera de 250.000 unidades al año, lo que permitirá recuperar el turno de noche en las dos líneas de la factoría. Sin duda, y si nada lo impide (mercados, cambios regulatorios, etc.), Balaídos recuperará en 2020 el trono mundial de las plantas del consorcio francés por volumen de producción, que este año y por primera vez desde 2013, la francesa de Sochaux arrebatará a Vigo aupada por el éxito del SUV 3008. Por poco tiempo.