"Desde las 09.00 horas de la mañana no hemos parado, la gente está donando muchos productos; yo espero superar de lleno los 325.000 kilos de alimentos del año pasado". Confiados, con las pilas cargadas y con una sonrisa de agradecimiento cada vez que un consumidor les cedía una bolsa con comida, los cerca de 2.000 voluntarios que participan en la campaña del Banco de Alimentos dieron el pistoletazo de salida a la Gran Recogida 2018, con la que se pretende abastecer al centro de alimentos durante los próximos cuatro meses. Su altruismo es vital tanto para el éxito de la campaña como para las más de 20.000 personas que se benefician de esta generosidad. "Solo son cuatro horas de nuestro tiempo durante dos días, a nosotros no nos supone nada pero para la gente que lo necesita lo es todo", reconocía Marta Fernández, que colabora con el Banco de Alimentos desde hace cinco años.

Si bien el papel de este millar de voluntarios es clave para la campaña, la tarea del padrino no iba a ser menos, y sobre todo en esta edición donde su talla y, por supuesto, su generosidad, no dejan indiferentes a nadie. El supermercado de Plaza Elíptica fue el escenario donde David Amor organizó sus primeras bolsas, dirigió los primeros carros y animó a los clientes a donar parte de sus compras. "Es un trabajo de todos; no es fácil pero ver a 2.000 personas trabajando juntas y por un mismo objetivo da esperanza para toda esa gente que necesita nuestra ayuda", reconocía Amor.

Conso Fernández se estrena como colaboradora en esta campaña. Tanto ella como su marido fueron influenciados por su hija, quien sí ayuda de forma habitual con la ong, pero no dudan en repetir otro año más. "Ver que estás colaborando en algo tan importante y tan grande te llena, no es lo mismo leer mañana que se han recogido tantos kilos como sentirte parte de ellos y ver cómo van sumando en las cajas", reconocía esta mujer.

La cadena se cierra con uno de sus engranajes principales: los ciudadanos. Sin su generosidad no solo esta campaña no tendría sentido sino tampoco el trabajo del Banco de Alimentos sería posible. "Intento colaborar no solo hoy, sino todos los días del año porque la necesidad está siempre ahí", reconocía Teresa Diéguez, quien entregó potitos y comida para bebés.

Como ella, colaboró también en esta Gran Recogida la viguesa Susana que entregó a los voluntarios seis pack de leche que tanta falta hacen. "Afortunadamente no hay necesidad en mi entorno, pero no hace falta tenerla cerca para saber que existe y que es necesario aportar lo que bien pueda cada uno", reconocía Susana.

En total son 150 las ONG que se benefician del trabajo y labor diaria del Banco de Alimentos. ¿Sus necesidades? Desde productos básicos hasta precocinados o preparados para facilitar su ingesta. "Cualquier producto es bienvenido pero hay que tener en cuenta que quien no tiene para compra igual tampoco tiene para cocinar", admitía David Amor, quien después de alentar las donaciones en Vigo se trasladó a otro supermercado en Pontevedra, ya que esta campaña se extiende a toda la provincia.

Hoy se pone fin a esta campaña a las dos jornadas de recogida, por lo que todavía restan 24 horas para regalar alimentos a los más necesitados. En la ciudad olívica son cerca de 155 los supermercados y grandes áreas comerciales que colaboran con esta iniciativa.

Susana

"No hace falta ver de cerca la necesidad para saber que existe"

Conso Fernández

"Soy voluntaria por el ánimo de mi hija pero no dudo en repetir"

Teresa Diéguez

"Intento colaborar no solo hoy, sino todos los días del año"

Marta Fernández

"Son cuatro horas de tu tiempo que no suponen nada"