Los madrileños descansarán de sus compras, se recostarán para disfrutar de las vistas o la lectura e incluso disfrutarán de pequeños recitales gracias a los nuevos bancos de diseño vigués que el gobierno de Carmena ha comenzado a instalar en Gran Vía. El estudio Gándara Pons Arquitectos y Marcos Plazuelo ganaron el concurso público lanzado por el ayuntamiento de la capital en 2016 dentro de su plan para remodelar el planteamiento urbanístico y, hace unos días, se enteraron a través de la prensa del estreno del mobiliario. Ni la expresidenta Esperanza Aguirre, muy crítica con las reformas emprendidas por la actual alcaldesa, se ha resistido a probarlo.

"Fue una alegría ganar. Estábamos que saltábamos cuando nos enteramos porque se presentaron más de 200 propuestas. Fue un concurso un tanto diferente porque también participaron ciudadanos y, además de la opinión del jurado, se tuvo en cuenta una votación popular. Y quedamos entre los tres primeros. Nos gustó porque era claramente transparente y eso se agradece. Nos presentamos a muchos concursos y suponen mucho esfuerzo", destaca Juan Pons.

Su propuesta se inspira en los bancos de madera tradicionales y la silla "Butterfly" de BKF (1936) para componer un diseño modular y totalmente reciclable. "Está conformado por tres piezas distintas que se pueden combinar entre ellas para adaptarse a distintas calles y usos. Es posible montar un banco convencional lineal para una zona estrecha, formar una chaise longue o añadir al conjunto sillas individuales. Y la estructura puede disponerse en torno a un árbol o incluso formar una plataforma a modo de escenario", explica el arquitecto.

El diseño utiliza los mismos listones de madera del banco romántico tradicional, pero procedentes de bosques ecológicos, así como idénticos tornillos y otras piezas para facilitar su reposición y reducir los costes de mantenimiento. Y sus patas de acero son una fusión de la silla "Butterfly" y de una figura matemática: "Incluso recuerdan la eme de Madrid. Todas estas ideas estuvieron presentes durante el proceso creativo".

El título de la propuesta del estudio vigués y Marcos Plazuelo, "Yo tenía tres sillas en mi casa", parafrasea a Thoresau para enfatizar la multitud de posibilidades de uso que ofrece.

Sus creadores buscaban resolver las distintas necesidades que ofrece cada calle o plaza de una ciudad como Madrid, así como armonizar su diseño con los elementos ya existentes y cumplir los actuales requisitos de accesibilidad.

El concurso ha sido además su primera incursión en el diseño industrial. "En ocasiones nuestros trabajos tienen algún mobiliario como bancos. En el proyecto para la futura biblioteca pública de Nigrán, por ejemplo, hemos incluido un graderío en un lateral. Esa era toda la experiencia que teníamos", explica Pons que abrió su estudio en Vigo junto a Lucas Gándara en 2010.

A través de los medios y las redes, los tres arquitectos siguen el recibimiento que su diseño está teniendo entre los vecinos de la capital: "Nosotros diseñamos un modelo para Madrid, dependerá del ayuntamiento si lo extienden por otras calles, además de Gran Vía. Hay opiniones para todo, pero en general los bancos están siendo bien acogidos. Al estar inspirados en un diseño clásico son fáciles de aceptar, no son algo intrusivo".