El gobierno local construirá un aparcamiento público en superficie en parte de los terrenos que quedaron abandonados tras el cierre de la antigua fábrica de GEA en Cabral. En la Gerencia de Urbanismo de esta semana se sellará un contrato de comodato entre tres firmas propietarias de suelo en la zona y el Concello por el cual se cede al ayuntamiento parte del ámbito de forma gratuita a cambio de que la administración dé respuesta a la demanda de espacio para vehículos en la zona. El acuerdo se firma por diez años que comenzarán a contar este mismo viernes aunque está prevista la prórroga por anualidades en caso de que los titulares de la finca no logren vender el suelo y sacar adelante el proyecto residencial previsto.

El contrato incluye la puesta a disposición del Concello de 2.264 m2 que hacen esquina entre las calles Ramón Nieto y Manuel Álvarez. La mayor parte de los terrenos son zonas verdes abandonadas, una pista deportiva y se incluye alguna edificación aunque no será necesario derribarla porque no se va a ocupar todo el espacio cedido, apuntan fuentes municipales, que prevén habilitar un total de 78 plazas de aparcamiento.

El acuerdo se firma con Residencial El Rocío S.L., Inversiones Subel S.L. y Naerama Group S.L. Una vez que sea oficial el gobierno local tendrá que encargar la redacción de un proyecto constructivo para poder luego licitar la obra y ejecutarla. Por ahora no hay un presupuesto aproximado. Lo que explican desde Praza do Rei es que hubo contactos de colectivos de Cabral con el gobierno local demandando aparcamiento y que esta fue la mejor solución que se encontró. Se trata de "anticiparse" en cierto modo al futuro desarrollo de este ámbito que dotará a Ramón Nieto de una importante bolsa de plazas. Pero mientras no cuaja la operación el Concello opta por esta solución temporal. Será un aparcamiento en superficie de acceso público gratuito.

El contrato se firma tras dos resoluciones de Urbanismo instando a las firmas propietarias a la adopción de medidas urgentes ante el estado de abandono de la finca, donde han tenido que reponer parte del muro y la alambrada para garantizar la seguridad de los peatones.