El derribo de las 33 construcciones en peor estado dentro del ámbito de Barrio do Cura costará al fondo propietario de los terrenos 277.000 euros más IVA. Ese es el presupuesto del plan de demoliciones presentado hace diez días en Urbanismo y que valoran ahora técnicos municipales. Su ejecución supondrá la primera fase del desarrollo de una actuación residencial que obliga a realizar una modificación del Plan Xeral a la que la Consellería de Medio Ambiente acaba de dar luz verde para su tramitación simplificada que recorta plazos. FARO adelantó el día 14 el informe favorable de evaluación ambiental publicado ayer por el Diario Oficial de Galicia (DOG) y que permite al Concello estimar entre 10 y 16 meses el plazo necesario para completar los trámites urbanísticos. El inicio de obras, por lo tanto, podría producirse en el último tramo de 2019 o retrasarse a los primeros meses de 2020, tiempo en el que se avanzaría en el derribo.

"Hoy damos un paso importantísimo en la resolución de una de las grandes heridas de la ciudad, un ámbito céntrico que está en ruinas desde hace cuarenta años y necesita una rehabilitación", destacó ayer el alcalde, satisfecho con el "impacto positivo" de este proyecto en el casco urbano al contribuir a mejorar la movilidad prolongando la calle Torrecedeira hasta el Casco Vello y generando alrededor de 300 aparcamientos en una zona con un importante déficit de plazas para vehículos.

"El Barrio do Cura es una de las zonas más interesantes de la ciudad y mantendremos la tradición. Cuando llegamos al gobierno estaba previsto derribar la fachada del asilo y hubo que retrotraer esa decisión", defendió el regidor ahora que le corresponde al Concello someter la modificación puntual del ordenamiento a exposición pública para proceder a su aprobación inicial y continuar los trámites que durarán algo más de un año.

El ámbito tiene 23.706 metros cuadrados y destina a uso público casi un tercio del suelo al incorporar 4.926 m2 para espacios libres y zonas verdes y 1.760 para equipamientos públicos además de prolongar el mirador hacia la ría y prever la incorporación de escaleras mecánicas para facilitar la conexión desde O Berbés hasta el Paseo de Alfonso y salvar así un desnivel de 30 metros. El fondo Autonomy Global Opportunities prevé invertir 130 millones de euros de los cuales 19 se reservan para urbanización de nuevos viales, dotación de servicios básicos y creación de espacios para la ciudadanía. Su intención era arrancar la obra física antes de finalizar ya el 2019.