Entre la punta de Santa Tecla, en A Guarda, y la desembocadura del Guadiana se extiende una larga frontera de más de 1.200 kilómetros que separa España y Portugal. Aunque sobre los mapas está clara y bien definida, en la práctica es totalmente permeable y a diario la atraviesan decena de miles de ciudadanos de ambos países por motivos laborales, familiares, ocio, gestiones... De ese largo y poroso eje -bautizado como La Raya, o Raia, en Galicia-, el punto más dinámico se encuentra a unos kilómetros de Vigo: el puente nuevo de Tui, donde se dan la mano la autovía A-55 que arranca en el corazón mismo de la ciudad y la autopista lusa A-3.
El informe elaborado en 2015 por el Observatorio Transfronterizo España-Portugal dibujaba ya esa realidad, que ahora corroboran los últimos datos recabados por la DGT. Según las mediciones realizadas por los técnicos de Tráfico en 2017, cada jornada atraviesan el viaducto de la A-55 que salva el río Miño cerca de 15.700 vehículos, 700 más que un año antes. La cifra vuelve a situarse muy por encima de las de los otros puntos más transitados de la frontera. El paso de la A-49 entre Ayamonte y Monte Francisco, en Huelva, el segundo con mayor volumen de tráfico, registraba el año pasado 12.000 coches diarios.
El tercer paso más poroso de La Raya se sitúa algo más al norte de Huelva, muy cerca del núcleo urbano de Badajoz, en la Autovía del Suroeste (A-5). En 2017 los técnicos de la DGT contabilizaron allí 10.000 vehículos cada 24 horas. A no mucha distancia -en la carretera BA-020- se localiza otro vial que enlaza Badajoz con Campo Maior y alcanza los 2.000 conductores diarios. A pesar de esa permeabilidad, ni sumando ambos datos se logra el nivel de uso de la A-55.
El puente de la autovía no es el único que enlaza el sur de Galicia y el norte luso. A muy poca distancia transcurre el viejo viaducto de la N-551, por el que transitan a diario miles de personas. En concreto, según la DGT recurren a él cada jornada algo más de 4.300 vehículos. En Verín también hay dos pasos, por la A-75 y N-532, que suman en conjunto casi 6.200 coches. Sin salir de la comunidad autónoma hay otros puntos que españoles y portugueses atraviesan con frecuencia para moverse entre ambos países, como Goián-Vila Nova de Cerveira o San Gregorio-Ponte Barxas.
Camiones y AP-9
Prueba de la permeabilidad de la raia es que a diario la cruzan cientos de vigueses durante sus desplazamientos a Portugal para realizar compras, visitar las ciudades del norte luso, tomar un vuelo en Sá Carneiro... Buena parte del tráfico detectado por la DGT se corresponde sin embargo con transporte pesado protagonizado, en gran medida, por camiones que cruzan la frontera en una u otra dirección para trasladar mercancías. De los 15.700 vehículos registrados en la A-55 son de este tipo unos 2.100, lo que supone el 13,3%, un dato que supera por ejemplo al de la AP-9. El año pasado la Autopista del Atlántico contabilizó -en el conjunto de la concesión- una media de 23.500 automóviles diarios. Con transporte pesado se corresponderían unos 2.000 de ellos. El porcentaje en ese caso es ligeramente inferior, de solo el 8,4%.
