"Cuando empezamos nuestros sentimientos eran de impresión, ahora logramos plasmar emoción". Los artistas Ramón Trigo y Eduardo Armada dieron vida a través de la fotografía, pintura, escultura, vídeo y dibujo a las sensaciones y abstracismo de uno de los espacios más arraigados a la ciudad olívica: un astillero, en concreto Armada. ¿Su objetivo? Interactuar con el lugar y reinterpretar su actividad tamizada por su expresión plástica.

Así nació Pantoque, una exposición en la que descubrir la cara B de este oficio, en el tanto Trigo como Armada se sintieron "un trabajador más". "No éramos conscientes del peligro de los estímulos que había, corrimos el riesgo de quedarnos allí para siempre", recuerda Armada durante la presentación del proyecto ayer en el MARCO.

Su elaboración se prolongó durante 12 meses, 365 días en los que "persiguieron" cámara, libreta o bolígrafo en mano cada esquina, cada sombra o cada resquicio del espacio. "El astillero tiene una atmósfera peculiar pero impregnada de cierta belleza y una carga poética que nos interesaba recoger", añade el fotógrafo.

Desde ayer, las paredes del museo también son testigos y partícipes de esta sinergia entre el metal y lo visual. A lo largo de varias salas se pueden las diferentes fotografías del día a día en el astillero o de la evolución de los dibujos de Ramón Trigo. "Es un artista muy gestual y fácil de retratar", alaba Armada de su compañero, quien agradeció al museo vigués el enorme trabajo de adecuación al espacio. "Fue un privilegio poder introducirnos de lleno en el astillero, aunque está intrínsecamente relacionado con Vigo es un desconocido en muchos aspectos. Y poder mostrarlo a toda la ciudad a través del MARCO es de agradecer porque el trato ha sido exquisito", comentó Trigo.

Junto a los artistas y el comisario de la exposición, Eduardo Berea, también participó en la inauguración de la muestra el alcalde Abel Caballero. "Es la mejor exposición artística de barcos del mundo, posiblemente la única que consigue convertir un museo en el astillero", señaló el regidor, quien estuvo acompañado por el concejal de Cultura, Cayetano Rodríguez.

El rumbo que ha tomado esta exposición lo mantendrá en el museo hasta el 31 de marzo. "Lo importante era que al salir del astillero las imágenes y dibujos no perdieran su esencia y esto se ha logrado", señalan ambos artistas, quien también aplauden el recibimiento aportado por los trabajadores del astillero y su empresa; circunstancia que emoción al fotógrafo Armada. "Para mí este es un día con mucha carga sentimental y familiar; esta exposición es el final perfecto para cerrar esta historia", concluye.