El renacido Barrio do Cura verá la luz tras una intensa labor de demolición de las edificaciones que desde hace años acumulan polvo y óxido en la zona. La promotora de la obra ha enviado ya al Concello el proyecto para los primeros derribos, que los técnicos municipales están analizando ahora como paso previo a la concesión de licencias. El documento plantea que los trabajos arranquen por las 33 edificaciones más deterioradas tras años de abandono: dos residencias, media docena de bloques de viviendas y 24 construcciones de vivienda unifamiliar. A ellas se suma una estructura de hormigón armado. El documento elaborado por los expertos alerta del desgaste que han sufrido los inmuebles, que se ha visto agravado -además de por el abandono- a causa de la climatología y la vegetación. En el interior de algunos edificios también se han instalado sin techo -abunda el informe- que "aumentan el deterioro" al causar incendios. El resultado es que las estructuras están "en situación de ruina o en un estado de conservación malo".

El informe detalla en concreto el pobre estado de conservación del edificio situado en el número 2 de la calle Pi y Margall, el antiguo asilo, levantado en 1940. En concreto revela que -al estar a la intemperie- las vigas de acero se están descomponiendo y las de hormigón armado presentan grandes fisuras. "Las cubiertas están totalmente desmontadas y en las fachadas han sido eliminadas casi todas las ventanas, por lo que la entrada de agua a la edificación es constante, con el consiguiente daño a las estructuras de hormigón armado, acero y fábrica de ladrillo", incide el informe, que acredita además el mal estado de los forjados por los incendios. "Las estructuras de la edificación, a pesar de encontrarse en equilibrio actualmente, no disponen del grado de resistencia para el que fueron diseñadas, por lo que se recomienda su demolición inmediata", zanjan los técnicos.

Antes de derribar la construcción los promotores de la obra desmontarán la fachada del edificio para reconstruirla más tarde. No será la única pieza que se preserve. De las 33 edificaciones por las que arrancará el derribo, se conservarán la característica parte frontal que se alza en el número 2 de Pi y Margall y otros cuatro inmuebles protegidos. En esos casos el plan de la promotora prevé desmontar las construcciones para ensamblarlas en el futuro. Los obreros actuarán sobre algo más de una treintena de parcelas, con 20.30 m2 y un volumen de 67.365 m3. En fases posteriores habría más derribos.

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Desde el Concello precisan que el proyecto se está estudiando, lo que podría demorarse dos semanas. El documento prevé que los vehículos necesarios para los trabajos de demolición accedan desde la calle Santa Marta. Como todas las parcelas pertenecen al promotor de la obra, las labores de carga del material demolido y piezas almacenadas se realizarán en la zona interior del ámbito. Debido a su estado de abandono, los inmuebles ya están desconectados de las acometidas eléctrica, telecomunicaciones, el abastecimiento de agua potable y la red de saneamiento público. En aquellos casos en los que el derribo sea integral, los obreros empezarán retirando la cubierta.