Juan José Muñoz (Salamanca, 1972) asumió el pasado miércoles la presidencia del comité de empresa de PSA-Vigo en representación de los más de 6.000 trabajadores de Balaídos. Cita como grandes retos el expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) que empieza a discutirse mañana, la negociación del nuevo convenio colectivo para recuperar las "cesiones" de la crisis y el mantenimiento de la competitividad de la factoría dentro y fuera del grupo. Concede a FARO su primera entrevista.

- ¿Cómo ha vivido estas últimas elecciones sindicales?

-La verdad, con mucha tranquilidad. Desde que entré en fábrica he vivido muchas, como trabajador y miembro del comité de empresa, y no he visto nada diferente... Siempre hay momentos un poco más tensos entre secciones sindicales, pero dentro de la normalidad de los procesos electorales.

- ¿Qué objetivos se marca este comité de empresa?

-Iremos paso a paso. El primer problema que intentaremos solucionar es el ERTE [expediente de regulación de empleo temporal] que se ha planteado para el Sistema 1. Después viene el convenio, dentro de nada, en 2019. La empresa tiene que compensar el esfuerzo que ha hecho la plantilla, que ha sido muy grande. Sabemos que fue una época difícil, de profunda crisis, pero se ha superado, por lo que es momento, a través de la negociación del próximo convenio, de recuperar ciertas cosas que hemos ido perdiendo o dejando atrás.

- ¿Como qué?

-Por ejemplo, reactivar la contratación indefinida, para que los jóvenes de la comarca quieran volver a trabajar en PSA porque ven un futuro y una estabilidad en la empresa. Este año se van a hacer 100 fijos por primera vez en mucho tiempo gracias precisamente a lo que se logró en 2014 con el plan de competitividad: la asignación de las nuevas furgonetas K9 y el todocamino V20.

- ¿Qué espera de la negociación del ERTE que arranca mañana?

-Realmente, la empresa aún no ha mostrado sus cartas, solo que quiere negociar una suspensión temporal. No sabemos qué nos va a presentar. Pero lo que sea se estudiará con tranquilidad para responder proporcionalmente. Después de todos los esfuerzos que hemos hecho estos años no sería lógico que la empresa nos exija ciertas cosas que nosotros ni llegamos a considerar. Intentaremos que las medidas que se apliquen sean las menos traumáticas para los trabajadores. Sabemos que las ventas del M3-M4 [los sedanes Peugeot 301 y Citroën C-Elysée] no son buenas porque los países a los que exportamos atraviesan fuertes crisis, pero son unos meses, hasta que llegue el V20.

- ¿Será suficiente un ERTE? ¿Temen otras medidas más drásticas?

-La flexibilidad laboral que tenemos en la empresa es muy grande. Lo intentaremos todo antes de llegar a otras medidas. Hay que llegar a un punto de encuentro con la dirección, porque el V20 empezará a entrar en línea en verano. Al final serán seis, siete meses de travesía del desierto. No será como en el Sistema 2, que tuvo un par de años complicados.

- ¿Es posible trasladar personal del Sistema 1 al 2, que está saturado?

-Ése es otro problema, que está muy saturado. Eso dificulta un trasvase. Además, los trabajadores del Sistema 2 ya pasaron por su particular travesía del desierto, agotaron sus medidas de flexibilidad, pero sí se puede hacer. Por eso creemos que no será necesario un ERTE para 900 personas.

- ¿Cuáles son las líneas rojas?

-Como mínimo, los trabajadores que vayan al ERTE, que intentaremos que sean los menos posibles, deberán tener asegurado el 80%-90% de su salario. Pero no puedo concretar más porque no sabemos qué nos van a presentar.

- ¿Ha visto ya el V20?

-No, está en fase de confidencialidad.

- La empresa dijo en repetidas ocasiones que espera que sea un modelo con altos volúmenes de producción. ¿Suficientes para trabajar a tres turnos?

-Por supuesto; es más, si todo va como tiene que ir y las condiciones económicas mundiales y el mercado responden, hasta se podría necesitar un cuarto turno de fin de semana, como tiene ahora el Sistema 2. Es un proyecto para saturar la fábrica, o al menos así nos lo han vendido.

- Mucho que se tendría que vender. En la otra línea está el K9, que son tres modelos, y los monovolúmenes. El V20 es un solo coche.

-Pero con unas expectativas de ventas muy altas. Confiamos en saturar la planta, que es lo que quiere el señor Tavares.

- Ahora que habla de Tavares, la última vez que estuvo aquí dejó un mensaje poco tranquilizador, que Vigo competirá a partir de ahora con plantas de países "low-cost".

-A ver, es un mensaje que no gusta oír. Pero lo digo sinceramente: Tavares también nos dijo que somos la mejor planta de PSA. Confiamos en él porque ha demostrado su compromiso. Hemos trabajado muy duro durante estos años de transición y nos ha recompensado con estos dos proyectos [K9 y V20], prácticamente seguidos. Pero sabemos que no está todo hecho. Seguiremos luchando día a día y buscaremos la manera de que nadie nos adelante, ya sea Marruecos o quien sea. Lo mejor que tenemos en la fábrica es el capital humano, y no nos ha fallado hasta ahora.

- ¿Es Kénitra [Marruecos] el rival a batir?

-Confiamos mucho en nosotros mismos. No sé cómo estará esto dentro de veinte años, pero si seguimos por este camino no debemos tener miedo de nada. Seguiremos siendo una pieza estratégica dentro de grupo. Eso seguro.

- ¿Se nota mucho el castigo al diésel, el fenómeno de los eléctricos??

-Los coches se seguirán vendiendo, sean diésel, gasolina, eléctricos? No sé durante estos primeros años cómo afectará. Vemos que a otras empresas del sector ya les está perjudicando. El grupo está invirtiendo y nosotros como factoría a lo nuestro: a hacer coches.

- ¿Le cuesta a la plantilla adaptarse a las innovaciones del 4.0: robots colaborativos, AGV, exoesqueletos?? Parece ciencia ficción.

-Al principio lo ves como algo futurista. Pero poco a poco nos vamos adaptando. La empresa está formando a los trabajadores. Yo mismo he ido hace unos días a una formación del 4.0, y nos han enseñado qué son estas nuevas tecnologías, cómo funcionan, etc.

- ¿Puede arañar empleo?

-Más que arañar empleo, estas nuevas tecnologías nos ayudan en aquellos trabajos más duros desde el punto de vista de la ergonomía. No creo que vayan a quitar a dos mil personas por meter cuatro robots o cuatro AGV, porque siempre se necesita personal que los maneje.

- Fuera de fábrica, ¿cómo ve el conjunto del sector del automóvil en la comarca?

-El contexto en general estuvo mejor de lo que está, no voy a decir lo contrario. Los proveedores vigueses, al igual que nosotros con el resto de plantas del grupo -incluidas ahora las de Opel-, tienen que competir a nivel mundial para ganarse los contratos, incluso con empresas instaladas en países low-cost.

- Ahora en Vigo se fabrican las marcas Peugeot, Citroën, Opel y su equivalente británico, Vauxhall. ¿Un DS?

-¿Por qué no? En esta fábrica no solo sabemos hacer furgonetas. Hemos producido turismos desde hace muchos años. Por supuesto que si nos dan un DS lo haremos y bien. Vigo está entre las plantas con mejores resultados de calidad del grupo. No tenemos problema con eso.