La mayor fábrica de componentes de automoción de Galicia estrenó el pasado fin de semana conexión eléctrica. La puesta en marcha de la nueva subestación del polígono de Balaídos ha permitido a GKN Driveline Vigo pasar de recibir suministro eléctrico urbano a industrial (de una tensión de 15 kilovoltios ha pasado a 132 kV), lo que le permitirá un ahorro de más de 1 millón de euros al año, como recogió ayer FARO en su edición digital. La directora del complejo, Chelo Domínguez, acompañada por otros responsables de la multinacional británica, el alcalde Caballero y el delegado de Zona Franca, participaron ayer en el acto de inauguración de esta infraestructura clave para la competitividad de esta factoría de transmisiones, juntas homocinéticas y otros módulos.

El alcalde, que también visitó la planta (las naves de juntas-01 y transmisiones-02), valoró la "inmensa capacidad profesional" y la experiencia de GKN, que mantiene una cuota de mercado en su segmento de un 5%. Domínguez puso en valor la nueva subestación, que supone "un gran hito" para GKN: "Tras 45 años de historia pasamos de recibir suministro eléctrico urbano a suministro eléctrico industrial lo que, además de aportar mayor estabilidad en el mismo, supone un gran ahorro energético y económico para nuestra planta".

Esta subestación recibe la energía desde la línea eléctrica de alta tensión que también está dando ya servicio a la nueva depuradora de Vigo y que, para no duplicar instalaciones, la Zona Franca realizó al cincuenta por ciento con la empresa pública Acuaes en el tramo que llega hasta la entrada del polígono.