El juicio que, casi una década después, cierra el recorrido judicial de la mayor trama de fraude fiscal con facturas falsas detectada en Galicia, la de Las 5 Jotas, ya tiene sentencia. Este último proceso juzgaba el papel de los bancos en el entramado. Y la jueza concluye que los directivos y empleados bancarios condenados prestaron una colaboración "indispensable" con un proceder que no se quedó en una "mera actuación anómala e irregular", sino que su "conducta", de forma "inequívoca", es constitutiva de delito. La magistrada, concretamente, condena a siete de los trabajadores que se sentaron en el banquillo: impone 9 meses de cárcel y multa de 1.080 euros a los cinco que confesaron -de una oficina de La Caixa y de otra del BBVA- y condena a año y medio de prisión, igual tiempo de inhabilitación para el ejercicio de la profesión de banca y sanción de 2.100 euros a un director y un interventor del entonces Banco de Galicia que se habían declarado inocentes. Y, como solicitó el fiscal, absuelve a otros cuatro, tres de una sucursal de Banesto donde no consta operativa irregular y un directivo del Banco de Galicia por prescripción del delito.

La titular del Juzgado de lo Penal 1 de Vigo -en una sentencia que aún no es firme y en la que también condena al cabecilla y jefe de Las 5 Jotas José Manuel Costas a seis meses de cárcel- concluye que en las tres sucursales donde estaban los condenados y, con el "conocimiento y consentimiento" de éstos, se efectuaron operaciones irregulares en las que se hizo constar "inverazmente" la intervención de terceras personas -autónomos vinculados a Las 5 Jotas- bien por "simularse" firmas en su presencia o por haber entregado a Costas justificantes bancarios que éste devolvía firmados sin que se hiciese "ninguna comprobación de la veracidad" de las rúbricas. Así, se abrieron cuentas bancarias a nombre de esos autónomos sin éstos saberlo, se hicieron a instancia del jefe del grupo empresarial vigués en esas cuentas cargos y abono, muchos sustentados en "documentación inveraz" y, finalmente, Costas realizó cobros en efectivo pese a no figurar él como beneficiario. En total, de 2007 a 2011, se realizaron, ve probado la jueza, movimientos bancarios irregulares por valor de 10 millones de euros, de los cuales la mayoría, 8,7 millones, son de la oficina de La Caixa.

El delito es el continuado de falsedad en documento mercantil. Tras describir la trama de fraude fiscal, en la que desde Las 5 Jotas se emitieron "infinidad" de facturas falsas a más de 200 empresas, la jueza señala que en el marco de esta trama se abrieron cuentas a nombre de trabajadores autónomos para dar apariencia de realidad a la facturación ficticia. En el fallo se destaca la "indispensable colaboración" en la irregular operativa que prestaron los empleados de banca condenados -hechos de los que destaca su "extraordinaria gravedad"- y tilda de "increíbles" algunas versiones exculpatorias.

Frente a ello, la magistrada da plena validez a la "abierta y espontánea declaración" de Costas incriminando a empleados bancarios. Es más, dice que la prueba documental, las testificales y la confesión de varios acusados confirman lo que el jefe de Las 5 Jotas siempre sostuvo: "Que en los bancos él lo gestionaba todo y que todos los empleados de las sucursales (tres) lo sabían". Y cita también en el fallo la frase de Costas de que él solo "manejaba más dinero en el banco en un día" que "todo el barrio de Cabral y Candeán en un año". Una afirmación que, valora la jueza, ha quedado demostrada en las sucesivas vistas y condenas.