Una vecina de Vigo y su compañero sentimental -al menos al tiempo de los hechos- aceptaron hoy un año de prisión por golpear con frecuencia al hijo menor de ella por su mal comportamiento en casa o las malas notas escolares. Las agresiones consistían en fuertes tirones de orejas y de pelo, bofetones y patadas en la espalda y las piernas, lo que motivó la ausencia del niño del colegio varios días. Los hechos, según el escrito de la Fiscalía cuyos hechos asumieron los acusados, se prolongaron más de tres años. La condena incluye una indemnización de 1.500 euros por parte de ambos al chaval por el daño moral que le causaron.

Esta cuantía fue consignada en el juzgado con anterioridad al juicio, por lo que en la breve vista de conformidad celebrada esta mañana en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo se aplicó la atenuante de reparación del daño. Ambos asumieron la autoría de un delito de maltrato habitual, aceptando un año de cárcel, pena que fue suspendida. A mayores, en el caso del hombre, es sentenciado a 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad por dos delitos de malos tratos, por episodios agresivos con el menor que concreta el escrito de acusación.

La madre del menor y su compañero vivían con éste y otra hija de 5 años de la mujer. Desde el inicio de la convivencia de la pareja en 2013 y hasta el 29 de noviembre de 2016, relata la Fiscalía, los acusados, "de forma indistinta y de acuerdo en los hechos", por el mal comportamiento del menor o las malas notas, "le golpeaban con frecuencia", causándole a veces lesiones. Las agresiones, se detalla, consistían en "fuertes tirones de orejas y de pelo, bofetones en la cara, patadas en la espalda y patadas en las piernas", lo que motivó su ausencia en el colegio varios días "con la consiguiente alarma" en el centro. De hecho, estaban citados profesores como testigos, pero ya no tuvieron que declarar al resolverse el juicio con un acuerdo.

La Fiscalía describe dos agresiones de 2016, en las que el autor fue el padrastro. Una del 24 de noviembre, tras una discusión al hallarse la letra de una canción de rap en la mochila del niño, en la que el acusado le golpeó en una pierna. Y otra la mañana del 29 de ese mes, tras otra discusión familiar por dinero que faltaba en la hucha. Ese día, tras las clases, el niño contó a su tutor lo sucedido, "negándose a volver a casa por miedo a que los acusados le siguieran pegando".

Iniciada la investigación, en abril de 2017 el juzgado de Instrucción acordó la suspensión cautelar de la guarda y custodia de la madre respecto de su hijo durante la tramitación del caso, siendo ésta atribuida temporalmente a la abuela paterna.